El conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) fue declarado como una especie dañina y perjudicial para la conservación de la biodiversidad y las actividades productivas.
La medida fue dictada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible nacional, a cargo de Juan Cabandié y publicada en el Boletín Oficial mediante la Resolución 474/2020, debido a que las poblaciones silvestres de este animal poseen características biológicas de especie exótica invasora.
La Resolución establece la prohibición de la importación, el tránsito interjurisdiccional, la cría y el comercio en jurisdicción federal de conejos vivos de poblaciones silvestres de esta especie.
En esta línea, faculta a la Dirección Nacional de Biodiversidad de la cartera de Ambiente a coordinar con las autoridades provinciales competentes en materia de fauna silvestre la prevención, el control o la erradicación de estos animales, a fin de asistir e implementar acciones que eviten su expansión, multiplicación y generación de focos de invasión.
Esta especie, llamada también “conejo de Castilla”, fue declarada como uno de los cien organismos exóticos invasores más perjudiciales a nivel global por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
llegada al país y distribución actual
El herbívoro fue introducido dentro del territorio nacional por el ser humano en los siglos XIX y XX para el consumo de proteína animal y utilizar su cuero y piel de manera industrial en la isla de Tierra del Fuego.
Con el tiempo, el animal demostró el comportamiento típico de una auténtica especie exótica invasora en la Patagonia, con una actividad permanente de dispersión e invasión de áreas nuevas que impacta fuertemente sobre bosques nativos y ganado, daña cosechas y pastizales naturales, por lo cual debieron implementarse estrategias de control.
En dicha provincia, su ocupación actual se ve limitada a núcleos presentes en la Península Ushuaia, el Parque Nacional Tierra del Fuego, la isla Observatorio y la isla Guanaco, lo que representa una oportunidad para su manejo efectivo y su control a fin de evitar la dispersión hacia nuevas áreas.
Como si fuera poco, en los últimos 20 años se identificó como un factor de riesgo para la actividad aerocomercial en las pistas del Aeropuerto Internacional “Islas Malvinas”, de Ushuaia.
Según informa la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos (SAREM), también está presente en Chubut, Mendoza, Neuquén, San Juan y Santa Cruz, y en varios parques nacionales ubicados en las mencionadas provincias. Actualmente su estado de dispersión se encuentra en aumento.