La carne equina es muy apreciada por los paladares de japoneses y europeos, quienes la consumen fresca o en embutidos. La Argentina es el principal proveedor mundial de estos cortes, obtenidos a partir de animales de refugo, es decir aquellos que ya no sirven para sus originales tareas deportivas o de campo.
Con este producto, “por lo general de animales grandes y de escasa calidad”, la Argentina logra cotizaciones cercanas a los 1.300 dólares por cada una de las 30 mil toneladas que exporta a esos destinos.
Sin embargo, “al productor tan sólo le pagan unos 30 centavos de peso, o 10 centavos de dólar por kilo”, comentó a Infocampo TV el veterinario del INTA Comodoro Rivadavia, Juan José Magaldi.
Es que en el actual mercado cárnico equino “existen ciertas particularidades, que generan un virtual monopolio en la compra: hay cuatro frigoríficos en el país y 2 tienen más del 60 por ciento del mercado y pertenecen a la misma firma”, destacó el especialista del INTA.
Magaldi es el responsable de un proyecto para promover la cría y engorde de estos animales en la región de Chubut, con la particularidad de que se busca cubrir toda la cadena agroalimentaria, desde el productor, pasando por el frigorífico y llegando a la exportación.
La idea del experto y la recientemente creada Asociación de Criadores de Equinos de la Patagonia es obtener un producto a partir de animales jóvenes, de mejor sabor y olor, bajo las ventajas comparativas de una cría extensiva en la Patagonia.
De esta manera, también se podrán reutilizar unas “5 millones de hectárea que dejó improductivas el fenómeno del volcán Hudson, que generó el cierre de unos 400 establecimientos de la región”, puntualizó Magaldi.
Sin embargo, el éxito de este proyecto dependerá de “superar la importante intermediación que existe hoy por hoy entre la oferta y la demanda, o conseguir que el productor venda directamente al exportador”.
Marianela Garbini
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