En el segundo semestre de 2022 la situación global de los precios de la carne empezaba a desinflarse y la preocupación entre los empresarios cárnicos empezaba a difundirse.
China había frenado sus compras y Europa se plegaba a esa tendencia, efecto que se sintió de inmediato entre los frigoríficos de punta argentinos.
Ahora, desde el sector aseguran que los valores están en alza y ayudan a mejorar los márgenes, pero aclaran: “Seguimos perdiendo plata”.
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En el pasado mes de noviembre, el CEO del imponente frigorífico Rioplatense ubicado en General Pacheco, provincia de Buenos Aires, decía que la situación era complicada porque avecinaba “un escenario de restricción mundial, que ya se nota en la actitud de todos los compradores. En Argentina somos dependientes de China, hacia donde va el 70% de las exportaciones”.
“Allí la demanda ya está muy baja por la política de “Covid cero” que tienen, y por el tipo de cambio, que los está afectando al revalorizarse el dólar y devaluarse el shuan”, planteó Costantini en su momento ante radio La Red.
Ahora, de viaje por Japón, atendió el llamado de Infocampo y describió un panorama internacional diferente.
“En Europa subió bastante el valor, porque debe estar a u$s 16.000 la tonelada promedio el Hilton. Producto que había caído en su momento por debajo de los u$s 9.000”, graficó.
En el mercado exportador entienden que la carne “ya recuperó mucho de lo que había perdido Europa, pero también esta más firme China”.
¿A qué se lo atribuyen? Finalmente pasó el Año Nuevo chino, una festividad que genera una movilidad de tamaños siderales, y por consecuencia el consumo se dispara. Según precisó el empresario, se trata de un momento del año en el que se venden más de 2.000 millones de pasajes internos para transporte. “Fue impresionante el movimiento que hubo, subió la demanda y eso hizo que volviéramos a una situación de normalidad en la que estábamos antes”, aseguró.
Además contribuyó la flexibilidad de las políticas de “Covid cero” allí.
“Salir de esa política hizo que el país demande mucho más y además le fue bien con las ventas en el Año Nuevo, y están mejorando gradualmente”, expresó.
Costantini aclaró que “no se trata de un boom de precios ni nada que se le parezca, pero un poco están mejorando”.
“La demanda de ellos estaba reprimida y al salir de esa situación eso hizo que empezara a mejorar sustancialmente”, explicó.
A otro de los factores de este repunte de los precios no hay que cruzar el mundo para ir a buscarlo: Brasil explica una parte de esta nueva tendencia.
“Hay que recordar que nuestro país vecino, en su momento, había tenido una oferta fuertísima en todos los mercados del mundo. Pero ahora bajó un poco, aproximadamente de 130.000 toneladas mensuales a 100.000”, calculó.
A PESAR DE LAS SUBAS INTERNACIONALES
El otro frente para los empresarios exportadores está en la dinámica de precios que se genera fronteras adentro de nuestro país. Aquí la sequía golpeó duro y los efectos se desparramaron por todas las producciones, y la carne no tardó en sentirlo. Si bien el sector empresarial reconoce que el valor de la hacienda debía subir y que pasó largos meses planchado, las subas de los últimos días modifican el panorama.
“Con lo que subió la hacienda la situación de la industria igual es complicadísima. Los márgenes son negativos, peor que nunca”, aseguró el CEO de Rioplatense.
Costantini aclaró que “la hacienda estaba atrasadísima y que es lógico que esto pasara”, pero también indicó que “los precios internos subieron mucho más que los precios internacionales”.
“Los márgenes se destrozaron: estamos perdiendo plata”, resumió.
“Esto implica tener tener un período de pérdida que obviamente en este negocio no es la primera vez que pasa, así que nos adaptaremos y seguiremos operando aunque sea a pérdida. Esto me recuerda a los años 2009 o 2010, en los que el país liquidó más de 10 millones de cabezas y eso se sintió durante un largo tiempo”, expresó.
“Igual no lo veo tan extendido como sí pasó en ese momento, esto es resultado de la sequía que hubo y que se retuvo en estos meses, pero supongo que se normalizará en el corto plazo”, expuso.
FRIGORÍFICOS GRANDES, FRIGORÍFICOS CHICOS
Si bien alertó por los márgenes de toda la actividad, Costantini reconoció que el impacto que se genera no se siente de la misma manera en una planta de gran escala como Rioplatense en comparación a otras de menor volumen.
“Alguno más chico es posible que tenga que frenar antes que nosotros. Uno espera, cuando pasan estas cosas, que al ser más grande y tener una mejor economía de escala perder menos que los demás y ser el último que frena compras y operaciones. Aunque a la vez los chicos tengan cierta “ventaja” (NdR: remarca el término) de la informalidad absoluta”, opinó.
¿A qué apuntó Constantini? Fundamentalmente a las liquidaciones. “Por ahí no liquidan las divisas al dólar oficial necesariamente y eso nos pone en una situación complicada a nosotros”, planteó.
“Por eso siempre mantenemos nuestra lucha contra la informalidad. De alguna manera la situación entre un frigorífico que cumple con la norma y otro que no es muy diferente”, cerró.