Uno de los principales desafíos que se presentan en las actividades que hacemos todos los días es la constante adaptación a los cambios. No nos damos cuenta, pero cotidianamente una nueva actividad se ofrece como una opción más en nuestro escenario. Si nos enfocamos en tecnología, este conjunto de elementos se multiplica y el ritmo de cambio es más acelerado.
La sola descripción de este cuadro genera que muchas veces decidamos postergarlo o eventualmente ignorarlo. Aunque ninguna de estas decisiones frena lo que sucede en el mundo que nos rodea, donde todo fluye.
Esto no ocurre únicamente en el plano personal. De hecho, la incorporación de nuevas tecnologías muchas veces traspasa la barrera entre lo personal y lo laboral. Si este proceso se repite, luego se transforma en un hábito.
Es por eso que este fenómeno, la adopción de tecnología, se entrena todos los días. ¿Cómo es esto? Podemos nombrar al menos dos características: la primera tiene que ver con acostumbrarse a aceptar lo nuevo, es decir, al cambio. La segunda, es el aprendizaje que realizamos. Con cada avance, casi inconscientemente se produce un “anclaje” de conceptos que procesamos y naturalizamos. Por ejemplo, en el uso de cualquier smartphone, hoy en día no necesitamos aprender cómo bajar aplicaciones, o cómo enviar un mensaje. Simplemente los usamos porque estamos entrenados.
Ahora bien, volcando al agro todo lo mencionado, nos encontramos con un universo que se está poblando con muchas nuevas tecnologías. Es por eso que el concepto de AgTech está en boca de todos. Lo cual no implica que se deba tomar indistintamente cualquier solución que se presenta, pero tampoco cerrarse sin siquiera evaluar de qué se trata.
Para los productores y empresas del sector, son decisiones que en términos de operatoria o procesos pueden presentar algunos desafíos. No obstante, los pasos para avanzar hacia el cambio tecnológico tienen que ver con acciones que pueden realizar hoy, con el objetivo de mejorar hacia adelante.
A medida que el ecosistema AgTech se desarrolla, se facilita el acceso a muchas herramientas digitales debido al conocimiento que se va acumulando y a la disponibilidad de recursos que antes no existían. Lo que permite incluso utilizarlas a un menor costo, derribando obstáculos relacionados con lo económico.
Profundizando sobre este punto, uno podría preguntarse: si a través de la adopción de nuevas tecnologías puedo generar mayores beneficios para mi negocio, ¿no debería por lo menos considerarlas?
Puesto de esta forma, resulta conveniente inclinarse a favor. Todavía con mayor fuerza cuando en la línea de la respuesta quizás encontremos la posibilidad de ser más eficientes, más productivos, y en consecuencia más rentables.
La clave para lo que viene está en “entrenarnos” continuamente para seleccionar las tecnologías que puedan enriquecer nuestro negocio, pero sobre todo estar atentos y predispuestos a aceptarlas en primer lugar.
*El autor es CEO & Co-Founder de Inteliagro
