La producción de alimentos en la huerta del hogar le posibilita mejorar la calidad de la dieta a muchas comunidades que son afectadas por situaciones económicas y nutricionales desfavorables. A su vez, es un espacio de aprendizaje y en algunas ocasiones brinda contención y terapia.
Por su parte, desde hace 30 años que el INTA, en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación incentivan el desarrollo de las huertas agroecológicas familiares, así como también comunitarias, escolares e institucionales, por medio del Programa Prohuerta.
En este marco, un análisis realizado en el departamento de Concordia con el fin de medir el impacto sociocultural de la huerta urbana en la economía familiar arrojó que se llegó a producción diaria estimada de tres kilos de verduras, lo que implica un ahorro total mensual de $4.300.
En esta línea, si la producción doméstica supera el consumo familiar, pueden vender los excedentes en pequeños mercados locales o en alguna feria y obtener ingresos a cambio.
El análisis
El análisis se realizó sobre la base de 14 especies recolectadas en la temporada primavera verano 2020/21 de huertas agroecológicas que permitieron el autoabastecimiento familiar en el departamento de Concordia, Entre Ríos. Entre las especies, se hallaban verduras de hoja, cucurbitáceas, frutos, raíces y aromáticas.
En tanto, la superficie utilizada fue de 100 metros cuadrados, con siembra escalonada y asociada de las distintas especies para la optimización del espacio. De esta manera, se evitó acumulaciones de volúmenes excesivos de una misma especie que superen el consumo familiar.
En relación al arreglo espacial, se tomaron distancias de plantación entre líneas y plantas según el calendario de Prohuerta.
Para la realización de los cálculos, se supuso un aprovechamiento total del kit entregado y se estableció un 30 % de merma por germinación, pérdidas en almacigo y en trasplante.
Por último, ajustaron los rendimientos al promedio de cada especie. A su vez, los precios por kilogramos de verduras y hortalizas se tomaron de los precios más frecuentes del mercado central de Buenos Aires.