Por Florencia Lucero Heguy
El predio de la Escuela Agrotécnica Salesiana de Venado Tuerto (Santa Fe) fue la sede del 2° Encuentro Nacional sobre Producción con Biológicos, en el que participaron pequeñas, medianas y grandes empresas que comparten la visión de que los productos biológicos hoy son el gran desafío para el cambio de paradigma que está atravesando el mundo, en reclamo por una producción más sustentable y sostenible en el tiempo.
Ante todo, hay un dato que debe destacarse: el 70% de las empresas que ofrecen productos biológicos en Argentina son de origen nacional y pymes.
Durante la jornada, el foco que abordaron diversos actores fue trasladar conocimiento y práctica a los productores sobre la importancia de los biocontroladores (microorganismos que actúan como prevención de infecciones), los bioestimulantes y los consorcios microbianos (bioregeneradores de suelos).
Sobre este punto, la base a destacar es que los biológicos tienen un costo similar, con tendencia a la baja, con respecto a los de síntesis química. Es decir que, utilizando adecuadamente los bioinsumos, el productor tiene más ventajas no sólo en los costos sino que además está cuidando el medio ambiente y su suelo.
UN MERCADO QUE MADURA Y CRECE
Según Juan Pablo Brichta, miembro fundador de la Cámara Argentina de Bioinsumos (CABIO), el mercado de biológicos “maduró sustancialmente, ya que de las tres a cuatro empresas que había en 1980, hoy hay más de 90 registradas en el Senasa”.
Además, destacó que a nivel global, el mercado de biológicos está creciendo a una tasa de entre 15% y 20% anual, cuando el de los agroquímicos avanza solo entre 3% y 4%.
Estas cifras demuestran que los fitosanitarios tradicionales han entrado en un estancamiento, producto de los cambios de paradigmas, y que la tendencia es que sigan por ese camino.
“El mercado apunta a la combinación de tecnologías, tanto químicas como biológicas, que vienen con un crecimiento mucho mayor”, explicó Brichta.
Al respecto, vale recordar que Europa tiene en marcha un tratado que se llama “De la granja a la mesa”, en el que se demanda una reducción de entre el 30% y el 50% en el uso de agroquímicos y fertilizantes hacia 2030.
Por ese motivo, muchas empresas de agroquímicos se están transformando en “verdes”, para cumplir con el requrimiento normativo de la Unión Europea, basado en las demandas sociales.
“Hoy la gente está más preocupada en consumir más saludable, se preocupa por la trazabilidad de lo que está consumiendo y eso para los biológicos es una gran expectativa al crecimiento que se va a venir”, sostuvo Brichta.
Y también enfatizó que “con las tecnologías actuales, algunas moléculas que hoy son sintéticas se van a poder procesar o sintetizar a través de algún microrganismo”.
EL FUTURO DE LOS BIOLÓGICOS
A partir de estas premisas, la tendencia es que los mercados empiecen a exigir baja de residuos, y comience a jugar un rol interesante lo que es la fijación de carbono.
“Es una pata más de la estructura del paquete tecnológico del productor donde se empieza a aggiornar, a profesionalizar de otra manera, empieza a ver productos mucho más competentes para poder mostrar resultados y el productor eso lo ve y lo necesita”, opinó Brichta.
Por su parte, el presidente de CABIO, Roberto Rapela, habló sobre las oportunidades que hay, teniendo en cuenta que a nivel global el mercado crece más rápido que en Argentina.
“En el resto del mundo, el crecimiento de biológicos es de un 27%, mientras que en nuestro país alcanza al 10%. Esto es un crecimiento importante, pero hay un déficit que es la falta de conocimiento de los profesionales dedicados al campo”, consideró.
Por eso, desde la cámara se encuentran trabajando con distintas universidades con el objetivo de que haya una currícula relacionada con los bioinsumos.
En paralelo, Rapela hizo hincapié en que “no hay conocimiento sobre lo que son los bioinsumos, porque desde el gobierno nunca se hizo una descripción sobre el tema, a pesar de que sembrar y cosechar con bioinsumo es lograr un sistema sostenible, sustentable, amigable con el medio ambiente y sano”.
Recientemente, CABIO realizó un convenio con BioProtection Global (federación internacional de bioinsumos que abarca más de 127 países) con el objetivo de trabajar en una nomenclatura única de los bioinsumos, tratando de unificar los criterios para nombrarlos de manera internacional.
Además, desde la Cámara se encuentran trabajando en relaciones público/privadas con empresas pequeñas, medianas y grandes, para que todos los desarrollos que son de primera línea a nivel internacional puedan llegar al productor.
VISIÓN EMPRESARIA
Por su parte, Christian Alessio, Gerente de Investigación y Desarrollo de Helm, mencionó: “En Argentina, había una o dos empresas fuertes en lo que es biológicos y eran líderes en ese segmento inalcanzable. Ahora, con este desarrollo que se fue dando, desde el punto de vista técnico hizo que vaya cambiando, que la competencia sea cada vez más grande y las empresas chicas, grandes y medianas entren en esta nueva ola”.
Allessio opinó que “la competencia es mucho más difícil para las que antes lideraban el mercado y tiende a que sea más agresiva entre las empresas, porque no se ve un producto disruptivo como para que alguna de ellas queden liderando totalmente el mercado”.
“Hay que ver el mercado del biológico desde otro punto de vista, porque acá ninguno tiene el liderazgo, tenemos que comenzar a interrelacionarnos entre nosotros, buscar partners y aunar esfuerzos y ya no vender un insumo sino darle un servicio al productor”, amplió.
Y también sostuvo que “cerca de un 10% de los productores argentinos probó productos biológicos -sin contar los inoculantes- y el 80% quedó conforme, lo que hace promisorio el desarrollo técnico comercial de este segmento”.
Por eso, “el desafío de toda la cadena productiva es mostrar al productor que esto funciona y que tiene beneficios”, finalizó.
Más datos interesantes aportó Micaela Zaro, Responsable de Servicio Técnico y Marketing de Rizobacter y miembro de la Mesa de Nutrición de Biológicos.
“El mercado de bioinsumos en Argentina es de U$S 65 millones aproximadamente, mientras que el de agroquímicos se estima en unos U$S 2.500 millones de dólares, dando como resultado que el mercado de bioinsumos es el 2,6% del mercado total”, reflejó.
Zaro explicó que la Mesa de Nutrición de Biológicos nació hace cinco años con el fin de evaluar prácticas de inoculación y nutrición para llegar de forma más directa al productor y a las nuevas generaciones.
Es una mesa de debate que está compuesta por técnicos del INTA y del sector privado. El objetivo de la misma es que aporte información amigable y flexible para todo tipo de público, ya sean técnicos o productores, que puedan conocer qué medidas prácticas pueden tomar para el manejo de inoculantes o microrganismos.