Con números que eran inesperados años atrás, el maíz argentino se consolidó como nunca en las últimas cuatro campañas. Registró crecimientos muy importantes en el área, la producción y la inversión en tecnología que traccionaron subas en todos los eslabones de la cadena de valor. El producto interno maicero aumentó 50% aun en un contexto de recesión en la economía nacional, y hasta se sembró más maíz que soja después de 20 años. Pero, ¿cómo seguir ahora en medio de la incertidumbre que generó en los mercados la pandemia de coronavirus y las políticas domésticas?
De este tema y muchos más se hablará este martes 30 de junio en el Congreso Virtual Maizar 4.0, que contará con más de 70 disertantes, entre dirigentes, funcionarios y expertos nacionales y del exterior.
“El maíz creció muchísimo, pero la mayor parte se destinó a la exportación. El mercado internacional pone un límite a la cantidad que se puede volcar, por lo cual es difícil que Argentina pueda seguir aumentando de manera importante sus exportaciones de granos. El efecto colateral es una caída del precio internacional, entonces el desafío para continuar creciendo es la transformación en energía, bioenergía, carnes y lácteos”, le explicó a Infocampo Agustín Tejeda, presidente del Congreso Maizar.
Tejeda resaltó la importancia del maíz a nivel nacional y resaltó su expansión y diversificación a lo largo y a lo ancho del país, lo que generó la conformación de polos regionales para su transformación. “El maíz es el cultivo más federal. Tiene un gran potencial para generar encadenamientos, una estrategia bioeconómica y una industrialización moderna, para salir de la dicotomía entre campo y ciudad”, analizó.
Para el experto, el momento actual es bisagra porque el contexto en los mercados es muy complejo, sobre todo para el maíz, que fue uno de los productos más afectados por la pandemia. “La incertidumbre a nivel global es gigantesca. Las bajas en precios internacionales fueron muy abruptas, y en Argentina todavía más por la suba de los derechos de exportación. A todo esto, el maíz es un cultivo que requiere mayor inversión que otros. Los márgenes de rentabilidad se han reducido. Hay poco que la Argentina pueda hacer para reducir esa incertidumbre en el mercado internacional. En lo doméstico sí tiene incidencia, pero no ha habido avances con las últimas señales políticas“, resumió.
Por eso, el Congreso Maizar será una oportunidad para pensar cómo encarar un camino hacia el agregado de valor que permita cerrar la brecha entre donde estamos hoy y el potencial que tiene la cadena, en un escenario difícil como el actual.