Un equipo de investigadores del INTA Lules de Tucumán comenzará a implementar un nuevo sistema de monitoreo de plagas en cultivos hortícolas.
En primer lugar, esta nueva metodología comenzará a utilizarse para el cultivo de pimientos de dicha región y surge dentro del contexto del pensamiento sostenible de los sistemas agrícolas.
Además, busca articular con los integrantes de la cadena hortícola tanto la utilización como la adopción de nuevas tecnologías.
“El trabajo conjunto de instituciones publicas y privadas asociadas al sistema hortícola local son muy importantes para fortalecer este tipo de emprendimientos”, remarcó Germán Alderete, extensionista del INTA Lules, Tucumán.
Para generar la validación del protocolo de manejo sostenible del cultivo de pimientos, se realizan ensayos en lotes de productores de la localidad. “Estas experiencias están relacionadas con el manejo integrado de cultivos con enfoque agroecológico, tecnología innovadora para la zona y factible de aplicar en sistemas intensivos y de alta inversión como el hortícola”, destacó Alderete.
el procedimiento: las etapas
- En la primera etapa se trabajó en el proceso de validación del protocolo de monitoreo de artrópodos (plagas y benéficos) con una frecuencia semanal, basados en la observación directa y con lupas de campo.
- Se dividió a la planta según su fase fenológica, hasta en tres estratos: superior, medio e inferior; y en órganos como flores, frutos y brotes.
- Luego se determinó presencia/ausencia, identificación y cantidad de especies presentes.
- En base a esa información, se comparó con el umbral de daño económico de cada plaga, y se tomó la decisión de controlar o no, mediante la elección del método más adecuado.
- Como resultado, hasta el momento, se observó la dinámica poblacional de las principales plagas del cultivo de pimiento en Lules: moscas blancas (Bemisia sp.), pulgones (Myzus persicae, Aphis gossypi), complejo de trips (Frankliniella sp.) y ácaros.
“Se recomienda tomar medidas de control de cada plaga cuando se alcanzan los siguientes niveles de tolerancia: cinco moscas blancas (adultos y/o ninfas) promedio por hoja, ocho pulgones (ninfas y/o adultos) promedio por hoja y un trips (adulto o ninfa) promedio por flor”, agregó el especialista.
Entre los benéficos relevados, indica que se destacaron los polinizadores como abejas y abejorros, y predadores como Eriopis connexa (vaquita), Cycloneda sanguinea (vaquita roja), Harmonia axyridis (mariquita), Hippodamia convergens (vaquita de San Antonio), Chrysoperla externa (crisopa), chinches y arañas.
“Con la frecuencia de monitoreo implementada y la incorporación de bioinsumos, se logró una protección satisfactoria del cultivo y disminuir las aplicaciones de productos fitosanitarios de base sintética hasta en un 35 %”, añadió Alderete.
En este sentido, al integrar las capacidades del equipo y del productor, se lograron importantes avances tanto en la metodología como en el proceso de asistencia técnica.
Con respecto a los desafíos, cabe señalar que el plan contempla la capacitación, el acompañamiento e inicio de diálogo con pequeños y medianos productores.
El resultado del monitoreo a campo y las recomendaciones técnicas en tiempo real (que se realizan una vez finalizado el monitoreo) son importantes para la validación del proceso.