La firma Bioceres Semillas presentó sus materiales convencionales y HB4 en su campo experimental de Tandil.
Durante el evento, se recorrieron los ensayos -cuyos resultados estarán disponibles en 2025- y se presentó el catálogo de materiales del semillero.
El dato a tener en cuenta es que las variedades experimentales que en la actualidad están en desarrollo podrían incorporarse a las líneas que se comercializarán en el futuro.
Con este fin, trabajan en variedades que potencien cada zona y se adapten a las necesidades puntuales de cada ambiente.
LOS TRIGOS DE BIOCERES
En el evento, la compañia presentó un porfolio de 12 variedades de trigo comerciales, de las cuales cuatro cuentan con la tecnología HB4, que aportan una mayor tolerancia a la sequía.
Entre los materiales de ciclo largo, se presentaron Timbó, ideal para siembras tempranas. En el segmento de ciclo intermedio, se destacaron Arazá y Laurel, además de Iruya HB4 y Traful HB4, que combinan rendimiento y tolerancia a la sequía.
Para los ambientes de productividad media, se presentaron las variedades Paraná HB4 y Bermejo HB4. En el segmento de ciclo corto, se presentaron las variedades Arce y Gingko, com un portafolio que se completa con Basilio, Guayabo y Biointa 1006.
En la búsqueda de seguir ofreciendo variedades sanas y competitivas al mercado, Bioceres Semillas también presentó variedades que están en etapa experimental, tanto con tecnología HB4 como convencionales, en la última etapa de evaluación para incorporarlas a la próxima campaña.
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RED DE ENSAYOS
La red de ensayos triguera de Bioceres se extiende por todo el país y se articula a partir de cuatro ejes. En los resultados del año pasado, los materiales HB4 -todos con tolerancia al estrés hídrico- exhibieron una gran performance, sobre todo en el sur bonaerense.
Los trigos HB4 empleados en esta red fueron cuatro. Por un lado Iruya, un ciclo intermedio-largo largo, con alto potencial de rinde, estabilidad y Traful, un material intermedio-largo y elevado potencial de rendimiento.
También se emplearon Paraná, un ciclo intermedio con bajo requerimiento de frío y Bermejo, también un intermedio diseñado para ambientes de media y baja productividad.
En los ensayos de la zona sur bonaerense, los materiales HB4 Iruya y Traful exhibieron rindes de 8.849 y 8.390 kilos por hectárea, versus una productividad que osciló entre los 6.524 y 8.198 kilos en el caso de materiales convencionales propios y de la competencia.
En los ensayos que se llevaron a cabo en la región Córdoba y NOA, Iruya mostraron un máximo de 7.328 kg/ha y un piso de 5.329 kg/ha, frente a convencionales que al momento de los resultados ofrecieron techos de 7.328 kilos por hectárea.
En la región delimitada por Entre Ríos, Centro y Norte de Santa Fe y NEA, los HB4 de Bioceres (Iruya, Paraná y Bermejo) mostraron resultados de 4.000 a 7.000 kilos por hectárea, mientras los convencionales fluctuaron entre 5.595 y 6.842 kilos por hectárea.
“Vamos buscando la mejor variedad que probamos el año pasado y las que tuvieron mejor desempeño tanto de sanidad, como de rinde se vuelven a probar”, reconoció Isidro Silveira, responsable de Desarrollo de Bioceres Semillas.
EL POTENCIAL DE LOS BIOINSUMOS
En el evento también hubo espacio para temas como el uso de bioinsumos. Facundo Ramos Artuso, de Rizobacter, reconoció que se trata de una tecnología que día a día suma presencia en los lotes.
“Entre 2015 y 2020, en Argentina el mercado de bioestimulantes y después siguió creciendo hasta el día de hoy. Es una evidencia de que funciona, porque los productores no adoptan una tecnología en la cual no encuentran respuestas”, consideró.
En este punto, agregó un dato que se generó a partir de una encuesta elaborada por la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
“Cuando a los productores le preguntan qué condición considera que mejoraría la adopción de productos biológicos, es poder entender mejor cómo funcionan”, concluyó.