La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA) dio a conocer una nueva edición del “Monitor de Exportaciones Agroindustriales”, que sirve de radiografía para el propio sector, pero también para que el resto de la sociedad urbana conozca qué beneficio le reporta más allá del ingreso de divisas al país.
En el caso de la cadena de la carne de vaca, el informe señaló que se generan más de 100 mil empleos en el circuito de exportación, sin contar el trabajo directo e indirecto del sector primario.
Para Nicolle Pisani Claro, economista de FADA, cuando se habla de lo que exporta la agroindustria “hay que visibilizar que no es una actividad inherente sólo al campo o la industria, abarca y beneficia directa o indirectamente a la mayoría de nuestras familias”.
Si al sector cárnico bovino se le suma el sector exportador de uvas y sus derivados se generan más de 300.000 puestos de trabajo, indica el estudio.
“Esos ingresos permiten además consumir otros bienes y servicios de la vida diaria donde hay miles y miles de puestos de trabajos más, que sostienen a otras miles y miles de familias”, argumenta David Miazzo, economista Jefe de FADA.
Desde el campo hasta llegar a otros países, el producto o derivado pasa por distintos rubros dando empleo tanto a las zonas rurales como a las ciudades. Por ejemplo, trabajadores del campo, del comercio que vende los insumos, los del transporte, la industria, estaciones de servicio, el puerto y la aduana.
En el medio también se necesitaron ingenieros agrónomos, veterinarios, contables, administrativos, personal de mantenimiento y limpieza, de servicios de tecnología, etc. Además de los empleos indirectos que derivan de cada uno de esos rubros.
Nos alcanza para las dos cosas
En lo que respecta a las diferencias entre el consumo interno y las exportaciones, el informe sostiene que en la mayoría de los alimentos y productos que elaboramos a nivel país alcanzan para cumplir con las dos demandas.
Para el caso de la carne vacuna consumimos 50kg por persona al año, por ende, estamos abastecidos y a la vez nos alcanza para exportar el 29% de la producción.
Con el trigo pasa algo similar, consumimos 72 kg. por persona al año y exportamos el 59% de la producción de trigo.
Según Nicolle Pisani, Argentina “no tiene un problema de producción de alimentos sino un problema de distribución y acceso económico a los alimentos”.