En Argentina, la práctica de la inoculación está consolidad y extendida en soja ya que se práctica sobre más del 90 por ciento de la superficie de soja.
De acuerdo a Matías Gorski, responsable de Microbiológicos para Soja, de Rizobacter, “vinimos a Mercosoja 2019 a reflotar la importancia de la práctica de la inoculación, como una decisión fundamental y del uso de un insumo clave”, le dice a Infocampo.
La microorganismo inoculados son definitorios ya que aportan, a través de la fijación biológica, el 70 por ciento de los requerimientos de nitrógeno de la oleaginosa. “Como parte del Congreso, se va a presenta una investigación de cuarenta años, que confirma que la inoculación sigue aportando al cultivo, consistentemente, unos 250 kilos extra de rendimiento”.
Por su parte, la inoculación es una de las pocas prácticas que tiene tan alta tasa de retorno de la inversión. “La relación es del orden de 4 a 1, con lo cual es una práctica con alta respuesta económicamente hablando, con lo cual es una decisión que técnicamente no se discute”, manifestó Gorski.