Por Carla Luna
En época de carneo, se llevó a cabo el Primer Simposio de Triquinosis que tuvo por objetivo concientizar sobre la prevención y las condiciones sanitarias para que evitar la propagación de esta enfermedad, a partir de la difusión de técnicas de elaboración seguras.
El encuentro tuvo lugar en el Centro de Congresos Francisco de General San Martín y la principal premisa fue la concientización sobre la importancia de tomar las medidas necesarias de prevención de la enfermedad, a través de la voz de veterinarios y técnicos de distintas áreas.
Daniel Rabino, a cargo del Departamento de Higiene de los Alimentos del Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes, comentó: “El objetivo fue abarcar distintas miradas de esta problemática. La intención fue que quienes llevan a cabo un carneo, que lo practican por una cuestión cultural, recuerden y tengan a mano las herramientas necesarias para elaborar sus productos de forma segura”.
El encuentro se focalizó principalmente en los cárneos que se realizan de forma casera, ya que estadísticamente son los que presentan mayores casos.
“Los carneos domiciliarios son parte de una tradición cultural, pero hay que tener en cuenta las medidas necesarias que se deben implementar para que se realicen de una forma sana y sin arriesgar la salud de los consumidores”, indicó Pablo Miralles, médico veterinario del Senasa.
Características
Los profesionales coincidieron en la importancia de la alimentación que reciben los animales y las condiciones de crianza, siendo dos determinantes para la aparición de la enfermedad.
Vale recordar que la triquinosis es una enfermedad que se transmite de los animales a las personas, es decir una zoonosis, producida por un pequeño parásito que se aloja en los músculos de los animales.
Afecta principalmente a los cerdos, que pueden adquirir el parásito especialmente cuando son criados en malas condiciones higiénicas; es decir, en presencia de basura, residuos alimenticios crudos y roedores.
Las personas se enferman al consumir carne cruda o mal cocida de porcinos o de animales silvestres con parásitos o productos sin cocción, como chacinados o salazones (salames, chorizos, bondiola), elaborados con carnes que no han sido analizadas previamente.
Es fundamental tener en cuenta que las larvas no se observan a simple vista y no alteran las características externas, ni el sabor ni el color de la carne o de sus derivados.
Por este motivo, quienes elaboren chacinados con carne cruda deben verificar que la materia prima sea apta para el consumo; para ello pueden ponerse en contacto con la dirección de Inspección para analizar una muestra.