La localidad santacruceña de Los Antiguos, que celebra el tercer día de la Fiesta Nacional de la Cereza, incrementó su producción de unos 30.000 kilos en sus inicios, en los años 70, a unos 2,5 millones de kilos en la actualidad.
“Hace 28 años, con el Municipio y un grupo de productores nos juntamos y creamos la Fiesta de la Cereza, ya que necesitábamos traer al menos 1.500 turistas, para vender la producción y seguir creciendo para enviar al Mercado Central”, contó a Télam el productor Walter Treffinger.
Con plantines traídos de Mendoza y de Cipoletti, el inicio de la producción de la cereza en Los Antiguos, se remonta a los años 70.
Y la fiesta, que en sus últimas cinco ediciones tiene carácter nacional, nació para comercializar la producción, que había superado la capacidad para el mercado regional, pero no alcanzaba para llegar al Mercado Central.
Treffinger explicó que las condiciones de Los Antiguos son “excelentes” para la producción de la cereza y la fruta fina, “no así para el desarrollo de los plantines” de esas producciones, que son traídos a la localidad, que por su parte, produce plantines de frutilla.
La producción de cereza de Los Antiguos creció, pasando de unos 30.000 kilos en los inicios, a unos 2,5 millones de kilos en la actualidad, que es comercializado en el mercado interno y exportado a la Comunidad Europea, Asía, Estados Unidos, Canadá.
Víctor Mouzet es uno de los 16 productores asociados en la Cooperativa El Oasis, que destina 50% de la producción al mercado interno, y la otra mitad a la exportación, que empezó en la década del ‘90, y tiene entre sus principales destinos, España, Emiratos Arabes, Hong Kong, Bahréin, Dubai, Arabia Saudita, y una prueba con Rusia, que presenta mayor dificultad para la logística.
Para la cooperativa, la venta local representa entre el 1 y 2%, “el mercado interno es para nosotros el mercado central y su distribución a todo el país”, contó el productor asociado.
También tiene su sede en Los Antiguos, la firma Río Lara, la primera exportadora del país, que tiene 100 de las cerca de 200 hectáreas de cerezas, mientras la cooperativa el 60 % de las restantes hectáreas, y el resto corresponde a productores independientes.
Mouzet informó que esta temporada hubo “un poquito menos de fruta, en cuanto al nivel productivo, por las variaciones del clima en la época de la floración y el cuaje, que hicieron perder una parte, aunque nada grave, los números los veremos al final de la producción”.
Aclaró el productor, que el clima sólo afectó la cantidad, no así la calidad de la producción, que mejoró el tamaño, y tiene muy buen gusto.
Chacra Don Neno, de los Treffinger, tiene su fuerte en el valor agregado que le da al 95 % de su producción, transformándola en dulces, licores, cerezas en almíbar, pasas de cereza, para el mercado interno, Santa Cruz y parte de Chubut en verano, y en ferias en el Norte del país en invierno.
Entre los independientes también, tienen una planta de empaque, contó Treffinger, además, que desde el plantín hasta la producción transcurren unos cinco años, y luego otros cinco o seis para recuperar la inversión y empezar a tener ganancia.
En cuanto a las etapas de la producción, en octubre se produce la floración, que también es aprovechada turísticamente con distintas actividades.
En los primeros días de diciembre se da una “variedad temprana”, que es de consumo local, y desde mediado de diciembre comienzan a madurar “las tradicionales”, entre las primeras, la conocida corazón de paloma, que termina alrededor del 3 de enero, cuando comienza la cosecha de la lapins, que se extiende hasta mediados de mes.
A partir de ahí se da una nueva variedad, más tardía y “auto fértil”, con la que se termina la cosecha los primeros días de febrero. “Son todas cerezas negras y muy dulces”, dijo el productor.
Los Antiguos se preparó para esta nueva edición de la Fiesta Nacional de la Cereza, contando con ocupación plena en hotelería tradicional, para las 1000 plazas habilitadas en la localidad, alojamientos complementarios en casas de familia y en camping agrestes, chacras que tienen servicios sanitarios y el camping municipal. También, en Chile Chico y en Perito Moreno, que suman entre las dos, entre 1.000 y 1.200 plazas.
“Por el movimiento”, los productores calculan que no se dio la afluencia de turistas esperada en campings, para el pequeño poblado de unos 7.000 habitantes.
Los productores también ofrecen a los visitantes, recorridos guiados por sus plantaciones de cereza, fruta fina, frutillas y también verduras y hortalizas.