El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) publicó este miércoles la resolución 79/2023, a través de la cual aprueba la creación de un “registro de operadores que realizan cosecha mecanizada de yerba mate, a los efectos de contar con los datos necesarios para su análisis y visibilización”.
La normativa impone la creación de un formulario, que tendrá carácter de declaración jurada, en la que todas las empresas yerbateras, si realizan cosecha de manera mecanizada, deberán informar:
- Nombre y CUIT del propietario de la máquina cosechadora
- Datos del operador que utiliza dicha mecanización
- Número de yerbal y nomenclatura catastral del mismo
- El tipo de máquina, su peso y su capacidad de cosecha
- Los kilogramos de hoja verde cosechados con máquinas por año
- El combustible utilizado
- La cantidad de operarios por máquina
- El número de ingresos al mismo yerbal por año
- El sistema de corte
- El porcentaje que debe ser repasado manualmente mediante trabajo humano
A la hora de fundamentar la creación de este registro, el INYM señala que fue un pedido formulado por los integrantes de la Comisión de Seguimiento del Convenio de Corresponsabilidad Gremial, “quienes requieren un relevamiento de la incidencia de la cosecha mecanizada en la actividad yerbatera a efectos de visibilizar su alcance e incidencia”.
Y aunque es sutil en la redacción, al leer entre líneas, surge el interrogante si el objetivo de esta medida no es otro que frenar el avance de la mecanización de la cosecha, al recordar que “el Plan Estratégico para el Sector Yerbatero Argentino busca hacer realidad una actividad yerbatera con la mayor cantidad de actores, competitiva, socialmente responsable, equitativa y ambientalmente sustentable, que ofrezca al mundo productos naturales, genuinos y de calidad. La medida propuesta se encamina hacia ese objetivo”.
De manera indirecta, está sugiriendo que la mecanización no colabora con una actividad con mayor cantidad de actores, ni competitiva ni socialmente responsable, ni permite ofrecer productos “naturales”.
Otro dato sugestivo: en la reunión de la Comisión de Seguimiento del Convenio de Corresponsabilidad Gremial, participaron autoridades en materia laboral: la Ministra de Trabajo y Empleo de Misiones, Silvana Andrea Gimenez; y el Director Nacional de Coordinación de los Regímenes de la Seguridad Social, Eduardo Lépore.
A FAVOR DE LA COSECHA MANUAL
En este punto, es preciso traer a colación un comunicado que se difundió en septiembre del año pasado, firmado por cuatro directores del INYM: uno por los tareferos -el nombre que reciben los cosechadores de yerba– y los tres que representan a los productores en el organismo.
El mismo planteó de manera abierta y directa su oposición al avance de la mecanización porque “representa desplazamiento de mano de obra y, en consecuencia, crisis social”.
Y los firmantes justificaron su visión en que “con más de 120 años de cultivo sistemático, la yerba mate se caracterizó siempre por ser una actividad inclusiva y distributiva, sinónimo de arraigo rural, generadora de fuentes de trabajo en todos los estratos sociales y dinamizadora de la economía de los pueblos”, dando a entender que incorporar más tecnología en pleno Siglo XXI sería acabar con todo eso.
Mientras tanto, muchas empresas productoras a menudo no pueden conseguir tareferos porque prefieren cobrar los planes sociales antes de que ir a la cosecha de yerba.
