La soja no pasa sus mejores años de esplendor productivo. Viene de dos campañas muy estables en la productividad nacional, rondando las 50 millones de toneladas muy lejos de los años de los más de 55 millones, lo que demuestra su estancamiento tecnológico y el efecto de clima.
En este sentido, la Bolsa de Cereales porteña publicó un informe de cierre de ciclo que evidencia dos datos que se miran directamente: superficie y producción.
En el primer caso, el área alcanzó las 17,4 millones de hectáreas, un promedio 7% menos en 5 años, mientras que la producción bajó 11,4%, entre 2018/19 versus 2019/20, pero 6,5% entre 2015-2020.
De acuerdo a las primeras proyecciones de este ciclo, la soja tendría un rendimiento de 54,5 millones de toneladas, sin embargo, las restricciones hídricas y el estrés térmico afectaron severamente los rendimientos en dos momentos del ciclo que provocan la caída en 5 millones de toneladas.