Un equipo conformado por investigadores de Argentina, Brasil y Alemania descubrió por primera vez en territorio argentino a dos especies de bagres que naturalmente se ven en Uruguay y Brasil.
Estos dos ejemplares, cuyos nombres científicos son Ituglanis australis y Scleronema macanuda, se hallaron en los arroyos Perucho, Ñancay y Mármola, pertenecientes a la cuenca del río Uruguay, en Entre Ríos.
Entre sus características, tienen barbas y dentículos espinosos, y no poseen escamas. Además de estas singularidades, su hábito es nocturno y se suelen hallar en las profundidades de los ríos y arroyos.
En diálogo con diario UNO, el investigador de la Fundación de Historia Natural “Félix de Azara”, Centro de Ciencias Naturales, Ambientales y Antropológicas, Universidad Maimónides, Sergio Bogan, explicó que “son especies que se descubrieron por primera vez para la ciencia en estos últimos años, pero hasta el momento solo se conocían para el sur de Brasil y la República Oriental de Uruguay”.
El investigador además amplió información acerca de la especie y remarcó que “son relativamente pequeños, uno de ellos no alcanza los 10 centímetros y el otro apenas supera esa marca; son peces muy especiales porque forman parte de un linaje que evolucionó en las tierras bajas de América del Sur (Abya yala del sur). Estas especies en particular representan las formas más australes de su tipo, cuya distribución está circunscripta a las cuencas de las Pampas y Pastizales del sur de Brasil, Uruguay y Argentina. Son parte de la diversidad ictiológica menos conocida de nuestro país y nos pone contentos de que gracias a esta nota podamos visibilizar esta diversidad que suele pasar inadvertida para el público general”.
En tanto, el investigador brindó explicaciones sobre la dificultad que implica su observación, relacionado a sus hábitos y su tamaño.
“Estas especies se distribuyen principalmente en los ríos y arroyos vinculados con la cuenca del río Uruguay. Es difícil verlos en su medio natural dado que son pequeños, y están siempre ocultos en el fondo. Tienen algunos comportamientos crípticos bien documentados; se suelen esconder entre las rocas, en los huecos del sustrato, dentro de troncos sumergidos e incluso tienen la capacidad de enterrarse en el limo, la arena o graba del fondo”, resaltó Bogan.
A su vez, completó con algunos detalles de su aspecto y forma y detalló: “Tienen una coloración parda con puntos y manchas oscuras, lo que les confiere un perfecto mimetismo con el sustrato donde viven”, y a esos atributos se le suma que son “especies de hábitos principalmente vespertinos y nocturnos, lo que dificulta aún más su avistaje”.
Por último, dio detalles acerca del tipo de agua donde se alojan estos pequeños bagres y destacó la importancia del respeto y cuidado del ambiente.
“Estos peces viven en ambientes de aguas bien oxigenadas y muy limpias. La conservación apropiada del ambiente es la mejor forma que tenemos para protegerlos. Las obras de canalización, las represas, los efluentes domiciliarios, agropecuarios e industriales y la introducción de especies exóticas son las principales amenazas que enfrentan los peces como estos en la cuenca del río Uruguay. Dar a conocer la existencia de estas especies es el primer paso para que la sociedad se interese por ellas. Estamos convencidos que aprender sobre estas especies es fundamental para que la sociedad las cuide. Defender al río y su entorno es la primera forma de protección de estos peces”, concluyó Bogan.