Para diciembre de 2016, se habían despachado 21% de toneladas menos de soja y derivados desde los puertos argentinos. Esto se debió a una caída en la producción y a las abundantes lluvias ocurridas en abril que implicaron grandes pérdidas de volúmenes de granos y de calidad.
Emilce Terré, de la Bolsa de Comercio de Rosario, realizó un informe en el que analiza el clima y sus consecuencias sobre el sector agroindustrial argentino. Aquí compartimos el resumen del artículo de la especialista de la BCR:
En la campaña 2015/16, la menor producción de soja sumada a los problemas de calidad que dejaron las inoportunas lluvias de abril, en plena cosecha, dejaron como saldo un fuerte ajuste a la baja de los volúmenes exportados de poroto, harina y aceite. En total, a diciembre, se llevan despachadas un 21% de toneladas menos.
Las lluvias del mes de abril último, cuando el grano se alistaba para ser cosechado, dejaron como saldo no sólo un menor volumen de producción (que pasó de los 60,1 millones de toneladas del ciclo 2014/15 a 55,3 millones en la 2015/16) sino también un grano húmedo, dañado, y con mermas de contenido proteico. Como resultado, si bien las toneladas procesadas en lo que va de la campaña 2015/16 (34,1 millones de toneladas) se mantienen en línea con la molienda del mismo período del año anterior (34,8 millones), lo mismo no ocurre con las exportaciones.
En el caso del poroto de soja, las 11,2 millones de toneladas despachadas entre abril y diciembre de 2016 se encuentran un 15% por debajo de lo exportado en el mismo período del año anterior, mientras que las 16,2 millones de toneladas exportadas de harina de soja reflejan una caída del 22%. El aceite, en tanto, suma envíos por 2,9 millones de toneladas, un 34% menos que en el 2015.
Debe destacarse, a la vez, que siendo el contenido proteico uno de los atributos más golpeados, han sido los envíos de harina los que más sufrieron. Mientras que las exportaciones de poroto aún se encuentran un 16% por encima del promedio de los últimos tres años y las de aceite se ubican un 18% por encima, los despachos de harina se encuentran un 4% por debajo de lo que en promedio se vendió al exterior los tres años anteriores.