Este miércoles 23 de octubre, el estadio mundialista Mario Alberto Kempes de Córdoba se vestirá de gala. No será para que arriben Messi y la Selección, ni tampoco se jugará el clásico entre Belgrano y Talleres. No habrá fútbol.
Por la noche, cuando se apaguen las luces del estadio, saldrá al escenario una de las figuras más trascendentales de la historia de la música popular: Paul McCartney.
Uno de los líderes de The Beatles tocará nuevamente en el país. Pero más allá de su legado musical, se sabe, el artista de 82 años es un férreo defensor de la preservación natural y el cuidado del medio ambiente.
Por eso, desde la Gobernación de Córdoba no quisieron perder la oportunidad y detectaron una manera de darle mayor visibilidad a la política de promoción de los biocombustibles y la sostenibilidad de la producción: anunciaron que el concierto “empleará biodiésel 100% (B100) de origen cordobés, para alimentar los generadores”.
Se trata de una experiencia que ya había sido realizada en espectáculos como los de Hernán Cattáneo, el Desafío Río Pinto y el Festival de Peñas de Villa María.
Además, la Provincia y la empresa que organiza el show realizarán la medición de la huella de carbono generada por el recital. Todo se dio a través de un convenio de colaboración con la productora En Vivo Producciones para fomentar el uso de energías limpias en eventos masivos y culturales.
“Este acuerdo se enmarca dentro de las políticas provinciales de descarbonización de la matriz energética local, destacando el compromiso de la provincia con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero”, plantearon.
EL MENSAJE DE LA PROVINCIA
Meses atrás, en la misma ciudad y en el contexto del Congreso Internacional del Maíz, el gobernador Martín Llaryora había señalado con mucho énfasis y vehemencia un reclamo de mayor impulso a nivel nacional para la política en biocombustibles.
Por eso, la llegada del exBeatle fue la excusa perfecta para el armado de un nuevo “espectáculo sostenible”, y una nueva vidriera para la causa, ya que toda la energía destinada a la iluminación, sonido y pantallas provendrá de fuentes renovables.
“La generación de energía eléctrica del evento no utilizara una gota de combustible fósil”, plantearon desde la Provincia.
El Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos, en conjunto con el Ministerio de Ambiente y Economía Circular y En Vivo Producciones, realizarán la medición de la huella de carbono generada por el recital.
Además, se implementará un esquema de recuperación de residuos reciclables y compostables, replicando el modelo utilizado en el Cosquín Rock 2024, en colaboración con el ente Córdoba Obras y Servicios (COyS) y la organización EcoLink.
El plan integral de residuos incluye estaciones de reciclaje y compostaje distribuidas en los ingresos, plateas, campo y áreas de producción, además de personal especializado en la recepción y clasificación de residuos, que serán valorizados en centros verdes y de compostaje.
OTRO USO “VERDE”: BIOASFALTO EN OBRAS VIALES
En paralelo, la Provincia anunció que avanza en el uso de bioasfalto en “obras viales de pequeña y mediana escala”. Se trata de un desarrollo que comenzó a emplearse hace pocos años y que ahora puede escalar hasta “ofrecer una alternativa a los sistemas tradicionales empleados en obras viales”.
“El bioasfalto se elabora con biodiesel y tiene prestaciones bastante similares al asfalto tradicional, un derivado del petróleo que hasta el momento es el compuesto más difundido en infraestructura vial”, argumentaron.
Entre los principales puntos destacados respecto de la tecnología tradicional se encuentra el de ser “más amigable con el ambiente”, ya que en su preparación se emplea biocombustible en lugar de petróleo. Y también que aseguran que “es más simple de aplicar” y requiere un menor despliegue de maquinaria.
Según informaron, la empresa Afema comenzó a explorar hace ocho años el uso de esta alternativa que se prepara a partir de un polímero importado de EE.UU. A su vez la firma cordobesa compró la licencia de uso a la empresa EZ Street, que comercializa el componente a partir del cual se elabora el bioasfalto.
“A principios de 2024, Afema dio un paso importante para potenciar este segmento: puso en marcha una mini planta de producción de biodiesel, que se financió con la línea de créditos a tasa subsidiada otorgada por la Provincia, para incentivar la transición energética en los sectores industrial, agropecuario y servicios”, explicaron.
Daniel de la Rubia, jefe de laboratorio de Afema, explicó que “las mezclas asfálticas tradicionales tienen un aporte muy significativo de hidrocarburos y se elaboran en caliente”.
“Las biomezclas reemplazan una proporción interesante de este asfalto y se trabajan en frío, lo que trae beneficios en la capacidad de maniobra”, expresaron.
El compuesto se viene utilizando en trabajos de bacheo y reparación de carpetas asfálticas con buenos resultados. Algunos gobiernos locales ya lo comenzaron a emplear, como la Municipalidad de Córdoba, que adquirió unas 20 mil toneladas. Afema, además, exporta el producto a Uruguay, Bolivia y Paraguay.
EN EL CAMINO
El Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos, Afema y la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC (FCEFyN) sellaron un convenio que contempla un análisis de las biomezclas, para avanzar en la homologación del producto y su posterior uso en obras viales de la Provincia.
Para estas pruebas, la empresa vial colocó una carpeta asfáltica en un tramo de la ruta E 57, en un sector de Mendiolaza. La superficie abarca unos 1.000 metros, donde se alternan unos 600 metros de biomezcla y cerca de 300 metros de asfalto tradicional.
Los investigadores de la UNC realizarán estudios de laboratorio y de campo durante un año, cotejando el rendimiento de cada compuesto.
“Estamos probando el desempeño de la biomezcla en grandes tramos de construcción vial, pensando implementar este tipo de tecnología para distintas obras sobre todo en el interior provincial, donde puede resultar más complejo montar las estructuras requeridas para poner asfalto en caliente”, explicó Mariano Santillán, a cargo de la Unidad Ejecutora de Biocombustibles y Bioenergías del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos.
En cuanto a la aplicación, este tipo de mezclas se pueden trabajar con pequeñas cuadrillas. A diferencia del asfalto tradicional, que requiere la instalación de una planta de fabricación del material en cercanías de la obra, y debe ser colocado en caliente por equipos de al menos 15 trabajadores, con asistencia de maquinaria pesada.
Este despliegue suele generar impacto en el tránsito, sobre todo en áreas urbanas.
De ahí que las biomezclas se posicionan como una solución para zonas pobladas, ya que tienen menor impacto en el entorno. Para la ejecución de grandes obras viales, como autopistas o rutas, el asfalto en caliente resulta la opción más adecuada.
Santillán rescató la otra ventaja de este sistema: es más sustentable en lo ambiental. Como se trata de un compuesto elaborado con biodiesel, permite reducir la huella de carbono al reemplazar el asfalto elaborado a partir del petróleo.
Desde esta perspectiva, resulta una alternativa con menores emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la obra pública, algo central para luchar contra el calentamiento global.
Las primeras estimaciones indican que por las características del polímero empleado y el uso de B100 se reduce un 27% promedio el contenido de asfalto, lo que implica una merma en el mismo porcentaje de la huella de carbono. Por eso se denomina BioAsfalto 27 o AB27.
El compuesto, además, reduce la temperatura del proceso de elaboración y evita la emisión de vapores que produce el asfalto en caliente, lo que también contribuye a la reducción de la huella de carbono.