Las plantaciones forestales de Argentina almacenan 70 millones de toneladas de carbono orgánico, de acuerdo a un relevamiento efectuado por el INTA y la Secretaría de Agricultura.
Entre los resultados, se destacan dos aspectos. Por un lado, la región mesopotámica lidera la reserva nacional de bosques cultivados, mientras que las plantaciones de pino son las que registran el mayor almacenamiento de carbono orgánico.
Las plantaciones forestales almacenan 70 millones de toneladas de #carbono orgánico 🌲
Así lo determinó un estudio realizado por el @intaargentina y @AgriculturaAR, que analizó esta capacidad de los #suelos en los diversos ambientes del país.
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— INTA Informa (@INTAInforma) August 31, 2022
“Se trata de información clave para el diseño de estrategias de mitigación de gases de efecto invernadero y la obtención de certificaciones ambientales”, señalaron. Las plantaciones forestales no solo almacenan carbono orgánico del suelo (COS), también se destacan por su capacidad de secuestrar gases de efecto invernadero (GEI).
EL RANKING DEL CARBONO
A escala nacional, el trabajo determinó que en los primeros 30 centímetros de suelo de las plantaciones forestales, se almacenan 70 millones de toneladas de carbono orgánico.
La región mesopotámica representa el 74 % de la reserva nacional de COS de las plantaciones forestales, en correspondencia con la mayor superficie de bosques cultivados que concentra esta región.
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Por su parte, las regiones Patagonia, Pampeana y Delta del Paraná almacenan el 20,2 % del total. “Al expresar los valores a escala nacional, por género o especie forestal, se obtuvo que el 69 % del COS se encuentra almacenado en plantaciones de pino”, afirmaron.
A partir de este relevamiento, se generó una base de datos con 862 casos. De esta cifra, 321 corresponden a plantaciones forestales, 356 a líneas base –sitios con cobertura vegetal natural– y 185 referidos a usos alternativos del suelo.
El primer paso fue la elaboración de protocolos y la propuesta de sitios. En total, se relevaron 12 ecorregiones, para luego pasar al trabajo de campo y envío de muestras al laboratorio. El último paso fue la organización, depuración de datos y el análisis de los resultados.
Las ecorregiones elegidas fueron Selva Paranaense, Yungas, Esteros del Iberá, Campos y Malezales, Chaco Húmedo, Chaco Seco, Pampeana, Delta del Paraná, Espinal, Monte, Estepas y Bosques Patagónicos.
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