En la recta final para las elecciones PASO de septiembre, que definirán los candidatos para las elecciones legislativas de noviembre, la política agropecuaria atraviesa un escenario con matices. La relación entre la Casa Rosada y el campo presenta diversos frentes de conflicto, entre los que sobresale el cierre de las exportaciones de carne vacuna, anunciadas por el presidente Alberto Fernández a mediados de mayo.
Con una Mesa de Enlace que se encuentra en período de formación, tras la llegada de Nicolás Pino al frente de la Sociedad Rural Argentina y de Elbio Laucirica como presidente interino de Coninagro, el mapa de la agropolítica busca reconfigurarse y ganar protagonismo, en un año con poca actividad para la agroindustria a nivel legislativo, salvo casos puntuales
El armado de las listas para las legislativas es un buen punto de partida para ver el peso específico del agro en la política del sector. De acuerdo a un trabajo elaborado por la Fundación Barbechando, en la instancia de las PASO participarán 29 precandidatos, de los cuales 26 buscarán ingresar a las listas de diputados y los tres restantes para senadores.
La mayoría de los postulantes están vinculados a Juntos, aunque también hay representantes del Frente de Todos, Hacemos por Córdoba (lista del gobernador Juan Schiaretti), Avanza Libertad (liderada por José Luis Espert), +Valores (Cynthia Hotton), socialismo y partidos provinciales. Más allá del número de postulantes, el primer dato a tener en cuenta es que –según estimaron desde Barbechando-, menos de la mitad tienen posibilidades reales de acceder a esas bancas. En esta línea también coincidieron analistas políticos consultados por Infocampo, que advirtieron sobre la falta de representatividad a nivel político del sector agropecuario.
Entre los nombres que integran estas listas, se encuentra el ministro de Agricultura de Córdoba, Sergio Busso. El precandidato de Hacemos por Córdoba ocupa el cuarto puesto en la lista encabezada por Natalia de la Sota. Otro nombre conocido por los productores es Carlos Iannizzotto, precandidato a diputado por Mendoza y por ahora presidente con uso de licencia de Coninagro.
En Entre Ríos, aparecen dos candidatos que tuvieron un rol activo en la política agropecuaria del macrismo entre 2015 y 2019. Son los casos de Guillermo Bernaudo, exsecretario de Agricultura nacional y suplente en la lista de Rogelio Frigerio y de Atilio Benedetti, actual diputado y expresidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara Baja, que busca renovar su banca y ocupa el tercer lugar de la lista de Frigerio.
En La Pampa, el veterinario y productor autoconvocado Carlos Montoya ocupa el segundo puesto en una de las cinco listas de la interna de Juntos. Entre los años 2015 y 2019, Montoya ocupó el cargo de director de la regional La Pampa-Buenos Aires del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). En la campaña electoral para los comicios presidenciales de 2019, Montoya debió renunciar a ese cargo luego de la viralización de un video en donde amenazaba tomar represalias ante quienes colgaran en el campo carteles del entonces candidato a gobernador bonaerense, Axel Kicillof.
En el análisis territorial, el mayor porcentaje de los precandidatos vinculados al agro provienen de Buenos Aires y La Pampa, con seis candidatos por provincia. En el caso de los bonaerenses, se encuentran en posiciones lejanas, mientras que en La Pampa encabezan o secundan. El listado se completa con Entre Ríos, Santa Fe, Tucumán y Misiones, que aportan once nombres a las listas, mientras que Córdoba, Mendoza, Salta, Chaco, Neuquén y Río Negro suman un candidato por provincia.
De este listado, Barbechando estimó que solamente 13 tienen chances concretas de acceder a una banca. En primera instancia, deberán superar el 1,5 de votos válidos emitidos para seguir en carrera a las elecciones generales.
Para Lucas Romero, consultor y analista de Synopsis, el cierre de las listas para las elecciones PASO dejaron en claro que existe una percepción de poca representatividad del sector agropecuario a nivel político. En diálogo con este medio, el politólogo estimó que el agro comenzó esta carrera con dos puntos en contra. “El sector tiene dos desventajas: el Gobierno no lo considera un actor relevante en términos políticos y electorales y en este sentido, no producen daño electoral para el oficialismo”, remarcó.
Para Romero, la falta de un liderazgo claro en la oposición es una de las llaves para entender esta menor representatividad del sector en el armado de listas. “Las circunstancias políticas en la confección de las listas conspiró en este punto”, advirtió. En este contexto, y de acuerdo a una encuesta elaborada por Amplificagro –a cargo de un grupo de profesionales en donde participa Synopsis- el campo se siente representado por los espacios de derecha y Juntos por el Cambio, y muestra un amplio rechazo al oficialismo.
El relevamiento se llevó a cabo sobre un universo de 512 actores del sector, entre los que figuraron responsables de decisiones en empresas y establecimientos agropecuarios pequeños, medianos y grandes y oferentes de diferentes servicios al sector. De los encuestados, un 33% manifestó sentirse muy bien o bien representados por los espacios de derecha y 39% medianamente representado por ese espacio. Al ser consultados por Juntos por el Cambio, un 25% manifestó sentirse muy bien o bien representados y un 50% medianamente representado por ese partido.
En el contexto del cierre de las exportaciones de carne, anunciado por el presidente Alberto Fernández, los autoconvocados avanzaron algunos casilleros en el tablero político. Los productores canalizan en este espacio su enojo hacia el gremialismo rural, al que exigen que tome acciones más radicales.
“La Mesa de Enlace es un grupo de interés, no un actor político y las bases, que no se sienten representadas, le piden que sea actor político”, analizó Romero en relación al rol de las entidades que representan al campo.