Los precios del trigo se negociaron este martes con importantes bajas en Chicago y en Kansas, donde los contratos a julio cayeron U$S 21,68 por tonelada (hasta U$S 358,34) y U$S 23,43 (hasta U$S 382,59), respectivamente.
Según la consultora Granar, “la tónica bajista estuvo a tono con el progreso de la cosecha de invierno estadounidense –representa el 68% de una producción total calculada por el USDA en 47,26 millones de toneladas–, que en los últimos días contó con buen clima para las labores de campo, y con el comienzo de los trabajos de recolección en el resto de los países exportadores del hemisferio norte”.
Esta entrada de la nueva cosecha en el circuito comercial pone momentáneamente en un segundo plano la continuidad de la guerra en Ucrania, dado que hay más oferta desde otros orígenes para abastecer las necesidades de los compradores. Esto, mientras continúan trabadas las negociaciones para sacar los granos retenidos en Ucrania a raíz de la guerra.
Como factor bajista adicional, la consultora rusa SovEcon elevó de 88,60 a 89,20 millones de toneladas su estimación sobre la cosecha récord de trigo 2022/2023 en Rusia.
SOJA
En lo que respecta a la soja, la posición julio ajustó U$S 7,72 hasta U$S 617,76, por varios factores.
El primero: la calma en la que se encuentra la demanda china, en medio de la política de “Covid 0” del gobierno de ese país, que mantiene paralizadas actividades económicas clave.
El segundo: algunas lluvias dispersas sobre el Medio Oeste de Estados Unidos, que alentaron ventas desde el sector especulador, en pleno mercado climático.
“Además, volvió a sentirse la influencia bajista de la devaluación del real frente al dólar, que potencia la competitividad de las exportaciones del principal proveedor mundial de poroto de soja y que alienta a los agricultores brasileños a desprenderse del grano recién cosechado”, reportó Granar.
MAÍZ
Por último, el maíz también cerró con importantes bajas (U$S 9,35 menos que el viernes, hasta U$S 299,49), en medio de ventas de los especuladores por las lluvias en el Medio Oeste y por el progreso de la segunda cosecha en Brasil.
Esta última situación coincide con la devaluación del real, lo que alienta a que la oferta estacional del cereal sea aún superior a lo esperado.