Para lograr un crecimiento de la producción tanto en volumen como en calidad, es fundamental la investigación biotecnológica en cultivos. Por eso, la Jornada de Actualización Técnica y Comercial de Legumbres Secas organizada por la Cámara de Legumbres de la República Argentina (CLERA) contó con un panel específico sobre genética, en el que se abordó el trabajo actual, hacia dónde debería ir la investigación y cuáles son los deberes que deben hacer tanto en el sector público como en el privado.
María Elisa Maggio es una de las principales expertas en legumbres. Desde Cerrillos (Salta), lidera el Programa de Mejoramiento de Legumbres del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Y fue quien encabezó este panel junto a Aníbal Liácono Diez (Porosem SRL) y Luis Marcelo Gerónimo (INTA Leales – Tucumán).
Para Maggio, hay que partir de la base de que lograr una variedad mejorada de un cultivo puede tardar de seis años hasta 20.
“Es una actividad de mediano plazo y que necesita una inversión permanente, entre el cruzamiento de líneas, ensayos, para alcanzar mejores rendimientos, resistencia a enfermedades o mejorar condiciones de calidad como tamaño o color de los granos”, explicó la experta salteña.
El problema es que esta inversión ha recaído históricamente, en este rubro, en el sector público, que tiene cíclicos vaivenes en la inversión en investigación a raíz de las recurrentes crisis fiscales y financieras que atraviesa el país.
“El mejoramiento genético de legumbres está en manos principalmente del sector público, porque las empresas grandes y los semilleros no se sienten atraídos a investigar en este tipo de semillas que son autógamas y además tienen un mercado pequeño”, precisó Maggio.
Equipo de trabajo
Desde su punto de vista, la clave está en que se organice un mejor trabajo, con más interacción dentro de toda la cadena.
“Las instituciones públicas tenemos una fortaleza muy importante en lo técnico, en la formación. Lo más escaso son los recursos, pero si trabajamos en colaboración con los productores y exportadores puede ser todo más eficiente, con lo que pueda aportar cada sector”, indicó.
Y continuó: “Lo que necesitamos es desarrollar un mayor trabajo en equipo. Con las experiencias de cada uno se enriquece muchísimo el trabajo. Hay, por ejemplo, ciertas características que el exportador conoce pero nosotros no, y ese trabajo en conjunto en la cadena es lo que hay que potenciar”.
Como corolario y ejemplo a la vez, Maggio recordó que la próxima gran apuesta en el mercado de las legumbres es China. “¿Qué estamos haciendo como cadena para apuntar a esa demanda?”, enfatizó.