Una nutrida concurrencia de empresarios y partícipes de la cadena de la producción láctea analizaron en las instalaciones de la Sociedad Rural de Venado Tuerto la situación de la producción nacional y los desafíos futuros para el sector. Cómo hacer para aumentarlos sin perder el rumbo de la coherencia para el crecimiento sustentable del sector. Exportamos e importamos genética, sí, pero ¿todas las razas se pueden adaptar a las diferentes zonas y a la alimentación de cada región? Esta y otras preguntas contestaron un grupo de especialistas en el marco de este congreso nacional. Expusieron Raúl Turatti, Carlos Sureda, Carlos Corbellini y Horacio Mihura, entre otros especialistas.
Miriam Gallardo, de la Estación Experimental del INTA Rafaela, trazó un mapa y dijo que “la producción primaria participa en un 8 % del PBI agropecuario y la industria láctea, con una producción de alrededor de 7.100 M de pesos, incide en un 14% del valor del rubro alimentos y bebidas”. En cuanto a la productividad, indicó que de acuerdo con estimaciones de INTA, “la media nacional se ubicaría, en los 125-150 kg/GB/ha por año, con 110-120 kg/proteína/ha por año o 3.800-4.200 litros de leche/ha por año, valores que indican incrementos medios superiores al 100% comparativamente con los de mediados de los años ’80”, según la especialista.
Mano de obra. Respecto a la mano de obra que genera este sector se estima que en la industria trabajan unos 25 mil empleados, “a los que se deben sumar 5.000 puestos asociados al transporte y otros 5.000 a la distribución mayorista y minorista. Además, la producción primaria emplea unos 32.000 operarios (12.000 tambos x 2,7 equivalentes-hombre por tambo), haciendo un total de 65-67 mil empleos directos a los que deben sumarse unos 63 mil empleos indirectos repartidos entre los diferentes sectores. Es decir que cada tambo como unidad productiva genera entre 10 y 12 puestos de trabajo (6-7 directos y 5-6 indirectos), lo que pone de manifiesto el efecto multiplicador del complejo, en comparación a la actividad agrícola pura”, remarcó Gallardo.
Volumen. Sobre el crecimiento de la producción, destacó que “creció notablemente en las últimas décadas, a pesar de las cíclicas contingencias económicas, políticas y sociales del país. El crecimiento de la producción primaria en el período 1993-2003 fue aproximadamente del 36%”.
Más pero menos. También se habló de la disminución en el número de establecimientos lecheros y se puntualizó en que “la sostenida disminución en el número de tambos es compensada por un mayor tamaño de los rodeos, por incrementos de las producciones individuales y, en definitiva, por mayores escalas productivas la producción promedio por tambo se cuadruplicó entre fines de los 80 y la actualidad”. De acuerdo con las encuestas disponibles, la superficie total promedio por predio cuya actividad principal es la producción de leche se ubica en las 250 has, el 25% entre 200 y 300 has y el 25% restante, más de 300 has.
La estacionalidad
Las variaciones de la producción en las distintas estaciones es otro factor determinante. “Si bien hay una leve tendencia a mermar la estacionalidad, todavía persiste una caída del orden de 18-20% en el período otoño-invernal con respecto al máximo típico del período primaveral. Las variables climáticas son las grandes responsables ya que influyen directamente sobre el patrón de crecimiento”, dijo Gallardo.