El río Paraná alcanzó en las últimas horas su nivel más bajo del año, y en el caso particular del puerto de la capital entrerriana, de las últimas décadas, lo que genera preocupación por la provisión de agua potable en la zona.
Este fin de semana, la altura llegó a 1,65 metros en la ciudad de Paraná, un número al que los expertos calificaron de “extraordinario”. En tanto, en el puerto de Santa Fe la profundidad es de 2,02 metros.
“Esperemos que las pequeñas lluvias puedan ayudar a un leve repunte, aunque se prevé que la bajante siga, al menos por unos días más”, señaló el jefe de la Prefectura local, Cristian González, en declaraciones al medio local Elonce Tv.
Por su parte, el titular del Centro Integrador de Servicios Ciudadanos de Paraná, Roberto Sabbioni, aseguró que “hay que tener encendida la luz amarilla” en cuanto a la provisión de agua potable, aunque remarcó que la situación todavía “no es alarmante”.
“Tenemos problemas con una de las cinco bombas, que no está funcionando porque uno de los ejes tuvo un problema y está en la tornería. Es producto del sedimento que las bombas están chupando, lo que no tiene nada que ver con la potabilización”, señaló Sabbioni.
De todos modos, indicó que la bajante “puede producir que haya que perforar aún más la parte donde están chupando las bombas, sobre toda la que tenemos sobre la costa, que lleva agua cruda al Cristo”.
“No es demasiado grave, pero hay que parar el bombeo para profundizar el lugar”, advirtió el directivo, quien aclaró además que “no hay riesgo de quedar sin agua o de tener agua contaminada”.
Asimismo, dejó en claro que la gente debe “gastar agua sólo en la medida que sea necesario”.
