El intendente de Alberti, Leonel Zacca, anunció la instalación de un centro de tratamiento de residuos, argumentando que el emprendimiento estaría orientado a erradicar uno de los 20 basurales a cielo abierto que existen en la provincia de Buenos Aires.
Entre los motivos para permitir esta instalación, Zacca también mencionó que la futura planta de reciclado -la más grande de todo el país- generaría entre 75 y 80 puestos de trabajo para los habitantes de esta región productiva.
Sin embargo, ni bien se enteraron de la posible instalación del basurero, la población de Alberti se movilizó en forma espontánea para solicitarle al intendente que revierta su posición.
En concreto, la planta de procesamiento de residuos contaría con 400 hectáreas en Achupallas, localidad rural ubicada sobre la ruta 41, lindera con el Río Salado. Hasta este lugar, se llevarían en camiones unas 60 mil toneladas de basura.
El alerta de la ciudadanía también se hizo oír desde los distritos ubicados en la cuenca inferior del Río Salado, como Chivilcoy, Roque Pérez, Chascomús, 25 de Mayo, Navarro, Lobos y Monte, advertidos por la potencial contaminación que generaría el depósito de basura.
Por otra parte, los agricultores dimensionaron los perjuicios económicos que el emprendimiento generaría. Por lo pronto, fuentes consultadas por Infocampo TV advirtieron sobre la importante depreciación que sufrirían los campos de la región.
Finalmente, anoche, el pueblo, junto con el bloque radical del Concejo Deliberante, “decidió en conjunto que el basural no se va a radicar en Alberti”. Así lo informó Miguel Dilego, presidente del bloque de concejales de la UCR, quien destacó que “anoche pasó algo inédito en esta ciudad, el pueblo tomó las instalaciones del Concejo Deliberante de manera pacífica, se manifestó contra los concejales, contra el bloque justicialista, que era el que apoyaba esto, y pidió que se acercara el Intendente del concejo porque sino no se pensaban ir”. Comunicó que, cuando finalmete llegó, la presión fue tan grande que, en ese mismo momento, el Intendente se vio obligado a redactar un decreto en el cual se dejaba sin efecto la posibilidad de hacer en Alberti el basurero más grande del país, decreto que derogaba al anterior en todos sus términos.
Dilego comentó que, si bien la localidad de Alberti hubiesa recibido alrededor de 2 M de pesos anuales en caso de permitir la construcción del basurero, para su gente “la calidad de vida no tiene precio” ya que “con plata no se puede comprar determinadas cosas”. Asimismo, informó que el bloque recibió innumerables llamados de los municipios de la zona, y también el apoyo de productores que, al estar aguas abajo del río salado, se verían ampliamente perjudicados. “Esto hizo que el pueblo de Alberti sintiera el dolor interno de no querer ser la oveja negra y que todos nos miraran porque íbamos a estar contaminando nuestro partido”, agregó.
En cuanto a los inconvenientes que hubiese traído la planta de basura, Dilego expuso que hubieran sido graves perjuicios económicos para el sector agrícola, y también problemas de contaminación para la zona, tanto por gases como por napas. “Nos prometían una planta modelo, pero todos sabemos que de todas las plantas que fueron colocadas en la zona del gran Buenos Aires, ninguna cumplió con todos esos requisitos”, concluyó Dilego.
