El injerto es una práctica suele hacerse a nivel comercial para obtener mejores atributos como calidad y/o tamaño de frutos, o incluso frutos autopolinizantes, entre otros. No obstante, a veces se hace para conseguir nuevas variedades de frutas o simplemente porque elección particular de alguna variedad diferente.
En primer lugar, es de vital importancia conocer las compatibilidades entre los distintos árboles frutales que se pueden usar para tener éxito en los resultados debido a que no es posible injertar cualquier rama en cualquier frutal.
Idealmente, se deben injertar púas sobre arboles que sean de la misma familia para asegurar la compatibilidad y el éxito del injerto.
Los mejores patrones serán siempre el árbol borde o franco nacido de semilla obtenida en la huerta. Normalmente se elige un patrón que sea más resistente a enfermedades o que se desarrolle bien en el suelo en el que será plantado, pero que a su vez la calidad del fruto no es la mas deseable.
Se puede injertar de múltiples maneras. En base al árbol que se desee injertar, pueden usarse las técnicas de Yema, de aproximación o ingles. Otra forma muy utilizada, es la de doble hendidura o corona.
Al igual que cada técnica, requiere su forma de hacerlo y también influye la época. A modo de ejemplo, las de yema se hace mas cerca de la primavera y la que vamos a ver nosotros se hace en invierno, a finales, justo antes de que los arboles empiecen a despertar en primavera.
cómo injertar
- Se debe seleccionar una rama preferentemente del doble de ancho de las que se van a injertar, para insertar dos injertos nuevos y conseguir el doble de posibilidad de éxito.
- Cortar la rama con una sierra de modo que el corte quede totalmente parejo.
- Con un cuchillo, realizar las hendiduras dentro del tallo seleccionado y esterilizar.
- Preparar los materiales seleccionados para ser injertados. Se procede a cortar las ramas en forma de “pala” para su inserción dentro del tallo seleccionado. Es importante que el corte no quede muy fino ni muy grueso.
- Con el cuchillo, realizar una hendidura más profunda.
- Colocar las ramas separadas entre sí en el tallo de forma que coincidan la corteza de los injertos con la del tallo.
- Luego aplicar un cicatrizante para evitar infecciones bacterianas.
- Por último, sellar con cinta para otorgarle firmeza.