A pocas semanas de que comiencen a implantarse los primeros cuadros de soja en Argentina, la mirada no está puesta solo en que lleguen las lluvias necesarias para que las sembradoras transiten, sino también en la perspectiva económica y el precio que tendrá la oleaginosa al momento de cosecha.
En ese plano, las perspectivas no son buenas para los productores: varios frentes están soplando en contra del precio de la soja, que navega incluso con riesgo de hundirse a niveles previos a la pandemia de Covid-19 y tras el pico en el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia, cuando las cotizaciones treparon hasta sus máximos históricos.
OFERTA RÉCORD DE SOJA
De acuerdo con el informe mensual de mercados agrícolas de la Bolsa de Cereales de Córdoba, el primer aspecto a tener en cuenta es una oferta global de soja que, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), se proyecta en 401,3 millones de toneladas para la campaña 2023/24.
Esto significa un 8,44% más que el año pasado y un récord para la oleaginosa. En tanto, si bien los niveles de demanda también se encuentran en valores récord, la relación stock/consumo se ubicaría en 31%, un porcentaje bastante más holgado que el 25% que marca el promedio histórico.
Las expectativas son de otra cosecha récord en Brasil, donde la Compañía Nacional de Abastecimiento de Brasil (CONAB) estima 162,4 millones de toneladas; y una fuerte recuperación en Argentina, donde las estimaciones coinciden en un horizonte de entre 48 y 50 millones de toneladas, más del doble que en el último ciclo.
🇧🇷🌽#Maíz
Para la nueva campaña 2023/24, la CONAB estima una producción récord de soja🌱, pero una disminución en la producción brasileña de maíz🌽https://t.co/Rn1wIYnk9g pic.twitter.com/Sb9SMfW0YF— Bolsa de Cereales de Córdoba (@BCCBA) September 22, 2023
En paralelo, otro viento en contra para el precio de la soja es la política de tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos para bajar la inflación, lo que fortalece al dólar, “incentivando a cambios en los portafolios de inversiones, quitando liquidez a los mercados de commodities e impactando negativamente en los precios”, subraya la Bolsa cordobesa.
En este marco, el único aliciente es la reciente suba del petróleo, que arrastra a los aceites vegetales y podría ser lo que les ponga un piso a los precios de la oleaginosa, según la analista de la Bolsa de Comercio de Rosario, Emilce Terré.
“La suba del petróleo podría ponerles un piso a los precios de la soja”
LA SOJA VIENE POR DETRÁS DE TRIGO Y MAÍZ
Para analizar el panorama de manera integral, también vale la pena mirar un informe elaborado por la experta en mercados, Paulina Lescano, compartido en su cuenta de Instagram y también por la consultora Zorraquin+Meneses en su informe mensual.
Lescano señala que un factor más a tener en cuenta es que la soja, si bien bajó 25% desde los máximos de 2022, todavía no cayó tanto como el maíz (40%) o el trigo (60%).
Bajo este panorama, se pregunta: “¿Puede la soja quedarse en los niveles actuales de precio cuando el resto de los granos ya están prácticamente en valores pre-pandemia?”.
Para Lescano, es muy difícil tener certeza sobre si puede llegar a haber precios bajos (en la perspectiva histórica reciente) como hubo entre 2014 y 2020, pero sí consideró clave “evaluar escenarios probables (el más optimista, el neutral y el que no queremos imaginar), y en base a eso definir acciones a tomar”.
Paulina, la analista que rompió el molde y le pone color al mercado de granos
“Las alternativas son: me cubro, quedo abierto, espero a sembrar, ¿o cubro costos? Localmente obviamente la decisión no pasa “sólo” por el valor en ‘usd/Tn’ sino que, en este momento, además dependemos del resultado de las elecciones (tipo de cambio, devaluación) y de las lluvias que se hacen esperar”, analiza la especialista.
Y completa: “¿Hay alternativas para cubrir alguno de estos riesgos locales? Con toda esta incertidumbre en tantos frentes es importante sentarse y analizar escenarios productivos, comerciales y definir acciones a tomar en cada uno. Los números cada vez son más ‘finitos’, y si desde lo productivo hacemos todo bien, no podemos dejar librado al azar lo comercial”.