La Argentina en el ’96 cimentó el edificio que soportó las turbulencias del crack del 2000, luego de la aprobación de la soja RR. “De la mano de la soja”no es solo nuestro título de tapa. Es una clara señal hacia el cultivo con aplicaciones impensadas. No sólo sirve como aceite o proteína vegetal. Es el salvoconducto para que millones de argentinos reciban un mínimo sustento. Sirve también para equilibrar cuentas fiscales. Y para seguir quebrando records: vamos hacia las 78 M de t, de la mano de la soja que aporta entre 32 a 36 M de t. En el interior de nuestro país es fácil identificar los pueblos y ciudades que viven de la soja: son los que más han crecido. Para los que no viajan mucho: ¿Se acuerdan de la crisis del ’89 con las imágenes del conurbano rosarino, asando animales domésticos? Vayan ahora. No es otro país. Es el mismo en el que vivimos usted y yo. Lo que cambió fue la apuesta.
En la nota de tapa, mostramos lo que significó en aportes a la sociedad, la soja. Y también lo que se viene. Y los negocios que, merced a esta discusión por las regalías, están en juego. Porque ahora hay que ir por más. Toda una ola de eventos biotecnológicos están en la gatera esperando poder salir. Los empresarios, productores y funcionarios involucrados lo saben. Ustedes pueden leer en esta misma página qué es lo que piensan. Y sacar sus propias conclusiones.
Mientras tanto, la apuesta interior continúa. Sabiendo que aún con precios deprimidos las opciones productivas no eran muchas. Y que la rotación con trigo, maíz, sorgo o girasol nunca dejó de estar en los planes. Aunque no estuvieran creciendo en los lotes. Los insumos aumentaron. “Hay que producir más”, es la respuesta inevitable de los agricultores que hicieron “la segunda revolución verde”, según el hindú Mohan Kholi, discípulo del premio Nobel de la Paz, y artífice de la primera, Norman Bourlaugh.
El único sector verdaderamente competitivo de la economía nacional sigue dando sus frutos. Los chinos también lo saben. ¿O habrán venido seducidos por nuestras plataformas espaciales?
Daniel Díaz
Editor de Infocampo