Es muy grande el volumen de información y novedades que circularon en este nuevo congreso de Aapresid, pero hagamos foco en algunos de los tantos puntos abordados.
Explicaba en su panel Héctor Baigorrí, ex Inta Marcos Juárez, y ahora consultor en cultivo de soja, que en la zona de Inriville (Córdoba) y en ambientes de alta calidad (suelos clase I) se han obtenido hace dos campañas 7.000 kg/ha soja. Puesto en dinero, significa una facturación, con los precios actuales de la oleaginosa, del orden de los $ 4.700 por hectárea.
Pero tras la exposición y en diálogo con Infocampo, el técnico agregaba que esta última campaña y a nivel de ensayo (no de lote), se alcanzaron rindes de 8.000 kg/ha.
Esto es lo que hoy, ambiental y tecnológicamente, el cultivo puede dar. Quiere decir que hay todavía mucho por crecer.
Baigorrí sostiene que la elección de fecha de siembra y tipo de cultivo (grupo de madurez) en función del ambiente es el factor más importante a la hora de crecer en rendimiento.
Por caso, se estima que un 30% del área comprendida entre el norte de Buenos Aires, sudoeste de Santa Fe, sudeste de Córdoba y nordeste de La Pampa, tienen la napa freática entre 1,5 y 2 metros de profundidad, que es la óptima para la soja. Ese porcentaje significan alrededor de 1,8 millón de hectáreas.
Dado que oferta y distribución del agua sean posiblemente el principal factor limitante de la soja en nuestra región pampeana, caracterizar el ambiente es la tarea clave de productores y técnicos.
Otra de las novedades que se presentaron en este congreso es de los cultivos en franjas. Lo está haciendo a escala real Martín Ambrogio en su establecimiento de San Basilio, cerca de Río Cuarto (Córdoba).
Esta última campaña sembró 18 surcos de maíz a 52 cm, al lado otra franja de 18 surcos de soja, y así sucesivamente.
La idea es que la altura del maíz arma una especie de minicortina forestal que proteja a la soja de los fuertes vientos de la zona, así como de la erosión eólica.
Sembró todo junto el 10 de octubre del año pasado y el resultado fue que el maíz en franjas le rindió 11.010 kg/ha, 8% más que el maíz puro y la soja en franjas 4.120 kg/ha, 6,6% más que la soja pura.
La mejor intercepción de la energía solar en los surcos que daban al norte en maíz (contra la soja) explican la diferencia a favor de la franja del cereal.
En esta campaña, Ambrogio sembró trigo en todo ese lote. La idea es que luego las franjas que fueron ocupadas con maíz se siembren con soja y las que tuvieron maíz, con girasol.
También es para destacar la proyección que hace Pablo Calviño, director técnico de El Tejar, sobre el futuro de la intersiembra. Más allá de la combinación de trigo y soja, está hablando de sembrar la soja de segunda con espacios para realizar siembras tempranas de colza, una oleaginosa de invierno, que a su vez también en intersiembra es continuada con la soja. âPodemos tener seis cultivos en tres añosâ, se entusiasma Calviño.
La idea es que mediante siembras tempranas, la colza afronte las primeras heladas en estado de roseta, lo cual le permite la supervivencia. En síntesis, todo el know how de manejo y la oferta de tecnología (los genetistas están desarrollando girasoles especialmente adaptados a la intersiembra) es lo que va marcando la diferencia a favor de los chacareros argentinos.
Javier Preciado Patiño | jpreciado@infocampo.com.ar