“Creo que hay que ser memorioso para entender por qué pasan las cosas. La aftosa puede entenderse como una novela de tres actos: la primera parte de 1989 al 97, donde había que radicar la aftosa, se vacunó y el ganadero entendió este proceso, que anduvo bien. Se ganaron mercados, se accedió al nuevo mundo. El segundo acto fue el cambio de responsabilidad, el levantamiento de la campaña de vacunación, la entrada de la aftosa y el ocultamiento en el 2001. El tercer acto es entender la vecindad: Bolivia, Paraguay y Brasil, tenemos que entender que el riesgo es regional, las buenas o las malas situaciones tienen que ver con esto”. Así evaluó Bernardo Cané la problemática de la aftosa que atraviesa el país por estos días.
“Esta es la tercera oportunidad, donde aparece aftosa en octubre en Brasil, aparece en diciembre en Paraguay y en febrero aparece en la Argentina, es casi un ciclo, como una marea que se repite, por lo menos desde el punto de vista epidemiológico y desgraciadamente esta situación se dio en esta oportunidad”, agregó Cané.
El ex funcionario del Sensa dijo que hay que analizar cómo es este foco para identificarlo y diferenciarlo de los demás y que la salida inmediata es la autorestricción de las exportaciones. “Primero, se produce en un contexto en el que el país está vacunado y los países vecinos están vacunando, por lo cual la agresividad o la capacidad de asimilar la enfermedad es mucho menor. Lo que se ve en este caso es que hay un rodeo de 3.000 animales, con 70 vacunos enfermos, no aparece como lenta la respuesta del Senasa y no aparecería hasta ahora la posibilidad de repiques, si esto se quedase en un foco primario, sería lo ideal dentro de la desgracia, que no apareciesen en otros destinos, desde donde salieron animales estos últimos días hasta ese campo”, analizó.
“Hay que ser cauto, yo pondría la mirada en el ingreso de la zona por fuera de la Argentina, continuó el especialista, de la misma manera que hay un riesgo muy elevando en Salta en la frontera con Bolivia, lo hubo y lo hay en Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones, tanto de Paraguay como de Brasil, y, por otro lado, es importante entender que las fronteras no existen, no existen para esto y no existen entre México y Estados Unidos y no existió en Berlín”, comparó.
“La Argentina tiene que entender lo que pasa en los países vecinos y trabajar adentro. Ahora está aislada gran parte de Salta y se abastece de Bolivia, y en este caso el riesgo también es grande. Hay que entender que la Argentina está segura si tiene 200 o 300 km de seguridad en Bolivia, Paraguay y Brasil”, añadió Cané.
A partir del reconocimiento del foco de aftosa por parte del país, siete países aplicaron restricciones. ¿Cómo se revierte este escenario?
“La Argentina tiene reputación por la calidad de sus productos exportados, por su historia en calidad de carnes, por haber tenido una política muy agresiva en su momento con vaca loca, con influenza aviar, con aftosa, por situaciones de sanidad en general; pero tiene una marca con relación al ocultamiento en aftosa y creo que esto no se va a olvidar por décadas. Los compradores norteamericanos y chilenos tienen cierta prevención con las carnes argentinas. Esto quedó en la memoria de los operadores, sanitaristas y burócratas”, respondió Cané y dijo que el camino a seguir sería que la Argentina se autolimite por un par de días. “Si nuestro país suspende la exportación por una semana o diez días, esto tranquiliza a los mercados de destino y no los obliga a ellos a suspender. Hasta ahora hay 7 u 8 mercados cerrados. Un país que cierra, tiene que después defender su medida y le va a costar mucho levantarla. Me parece que en estos próximos días los sectores públicos nacional y provincial y la industria tienen que ir a los países de destino de la exportación, mostrar lo que pasó y defender la situación, recuerden que cuando se detectó la aftosa en Brasil, Lula viajó a Moscú a hablar con Putin de este tema. El país se hace grande con estas pequeñas cosas si sale rápidamente a respaldarlas”.
Cané aseguró que habrá una caída de precios como fue en los casos anteriores, aunque destacó que este foco no va a ser como fue el de 2000 o 2001, porque había 800 focos y nueve meses de ocultamiento y que “esta situación es distinta”.
