El Niño finalmente se hizo presente en Argentina para la temporada de verano y eso es lo que ha generado que las proyecciones productivas sean mejores que la catástrofe del año pasado, aunque se hayan visto deterioradas por la reciente ola de calor acompañada por una ausencia temporal de lluvias.
El problema es que, de acuerdo con expertos, algunas condiciones típicas de los años en que ocurre este fenómeno no han sucedido, y así algunas mejoras que se esperaban para los suelos y cultivos seguirán esperando.
Por ejemplo, el nivel de las napas, que se fueron muy profundas tras tres años consecutivos de La Niña y que no han logrado recuperarse pese a las mayores precipitaciones ocurridas durante el presente ciclo.
Del mismo modo, otro aspecto clave para el agro, como es el nivel del Río Paraná para la circulación por la hidrovía, luego de la mejora ocurrida a fines del año pasado tras las fuertes lluvias en el sur de Brasil y en el Litoral argentino, hoy está nuevamente en una situación que comienza a preocupar.
EL NIÑO Y LAS NAPAS
“Tras una breve recuperación, la mayor parte de los puertos sobre el Paraná muestran nuevamente una bajante pronunciada. Tampoco las napas freáticas de la región pampeana se recuperaron como se esperaba en una campaña El Niño”, advierte, sin medias tintas, la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) en su último reporte semanal.
Según este organismo oficial, que depende de la Secretaría de Agricultura, El Niño 2023/24 ya está en retroceso, debido a que ya dejó atrás su máximo calentamiento, y un problema es que “el saldo de su desarrollo no ha cumplido con las expectativas de lluvias superiores a las normales que normalmente se asocian a esta fase del fenómeno ENOS”.
Para colmo de males, “la probabilidad de La Niña a partir de mediados de este año crecen”, alerta el informe.
Pero sin ir tan lejos, centrando el análisis en el corto plazo, en las próximas dos semanas no se prevén tampoco lluvias intensas en la mayor parte del territorio nacional, en medio de un proceso en que El Niño “atípico” se va diluyendo hacia una etapa neutral; es decir, se termina la época del año en que en general tiene influencia en las precipitaciones.
“Así, se van desvaneciendo las chances de recuperar el nivel de las napas, muy profundizadas después de tres campañas La Niña consecutivas”, explica la ORA.
EL NIÑO Y EL RÍO PARANÁ
En relación al Río Paraná, el documento amplía que “los niveles hidrométricos han retrocedido, después de un repunte registrado en octubre y noviembre del año pasado, que se fue degradando en diciembre y enero”.
Para reflejar esta situación, la ORA comparte un gráfico elaborado por el Instituto Nacional del Agua (INA) para el puerto de Corrientes, donde se observa que los niveles hidrométricos actuales corresponden ya a “aguas bajas”.
Se trata de un panorama similar al que había en el invierno 2023, cuando todavía persistían los coletazos de La Niña y El Niño aún no se había activado.
En tanto, el último informe de Prefectura Naval muestra que la altura del Paraná se halla aún en baja en Corrientes, además de los puertos: Mani, Posadas, Itatí, Paso de la Patria, Empedrado, Paraná, Santa Fe, Diamante, Victoria, San Lorenzo, Rosario, Constitución y San Nicolás.