El objetivo es llegar al consumidor con un producto con alto valor agregado.
Esta es la premisa con la que trabaja la empresa semillera de la localidad de Salto, provincia de Buenos Aires.
La compañía este año lanzó al mercado dos nuevas variedades de soja, la 446.HP y la 387.LL que se caracterizan por ser no transgénicas y poseen cualidades especiales que las diferencian de la soja común.
Eduardo Cucagna, responsable de la empresa, detalló a Infocampo que, por ejemplo, la primera de estas variedades tiene la ventaja de producir más proteína, un 20% más que la soja común, alta digestibilidad para el consumo humano o animal, y es tolerante a sulfonilureas (herbicidas).
La 387.LL por su parte produce alta calidad de aceite y ultra bajo contenido de ácido linolénico. Para esta campaña la empresa de Salto ya cerró contratos con un importante número de productores, que recibirán un premio del alrededor del 10% sobre el valor de comercialización de los granos. En el caso de la semilla de alta calidad de aceite, el premio puede ser incluso superior.
En este esquema, Ferias del Norte actúa como proveedor de las semillas y al mismo tiempo se encarga de seguir de cerca la trazabilidad del producto para que, finalmente, sea exportado con empresas que forman parte de esta operatoria y que se rigen bajo normas estrictas de calidad.
Así es que el productor se suma a un convenio global de producción en donde Ferias del Norte lo asesora en todos los aspectos productivos pertinentes que pueden surgir al sembrar estas variedades. Al mismo tiempo también se encargan de acercar a los productores a las firmas exportadoras y estas compran la totalidad de lo producido.
El responsable de Ferias del Norte aclara que estas semillas no están orientadas para el productor común ya que son un producto especial, pero al mismo tiempo aclara que si bien hay pautas de manejo cruciales que deben llevarse adelante, tampoco el sistema de producción es mucho más complicado que con sojas tradicionales.
Estas variedades están dando rindes similares a la soja RR como de, por ejemplo, 4.000 kg/ha y de 5.000 kg/ ha en algunas microparcelas que son parte de ensayos.
La bolsa de 40 kilos de estas semillas llegan al productor a alrededor de u$s23. Cucagna aclara que para esta campaña la totalidad de las semillas tuvieron que ser importadas, ya que la producción que se realizó en la Argentina se perdió totalmente debido al mal clima, pero estima que quizás para la próxima campaña, una vez que se esté produciendo en el país, el valor de la bolsa bajará.
Lo importante de estas variedades al no ser tolerantes al glifosato es que sean producidas bajo normas muy estrictas de calidad. Los costos de producción son algo más altos que con la soja RR, ya que deben usarse herbicidas que cotizan más caros en el mercado y hay que tener un especial cuidado en todas las estapas productivas para que no sean contaminadas con variedades que tengan el gen RR, ya que las empresas que forman parte de este convenio y que operan como exportadores realizan rigurosos controles de calidad. Esta tecnología es importada de Estados Unidos, allí hay programas de investigación desde hace varios años en los que se hace hincapié en la producción de nuevas variedades que sean más convenientes en la producción de alimentos para consumo humano.
Cucagna adelanta que por el momento la empresa comenzará a trabajar con estas dos variedades especiales, pero para un futuro no muy lejano tiene pensado incorporar otras semillas no transgénicas que son muy requeridas por los mercados internacionales.
Si bien este será el primer año con estas variedades, las perspectivas son más que alentadoras, Un nuevo negocio se abre en la Argentina, y así como hoy el girasol alto oleico es una alternativa más que rentable para los productores locales, estas variedades de soja especiales pueden convertirse en otra opción para aquellos que quieran sumarse a la ola del valor agregado en la producción.