Nadie sabe bien por qué, pero todos los 20 de agosto de cada año, la humanidad celebra del Día Mundial de la Papa Frita, una de las comidas más universales que existen.
Cualquiera sea su forma, bastón, noisette, rejilla, española o rústica siempre es un buen momento para comer unas papas fritas, que se han popularizado de manera exponencial con las empresas de comidas rápidas y su expansión a nivel mundial, así como también en el mundo gourmet con sus variantes de salsas, puntos de cocción o guarnición.
Pero no solo eso, las papas fritas han superado como pocas comidas lo han lograda el mundo de los restaurantes, y con el desarrollo y fabricación de los snacks, este alimento se ha vuelto una sensación popular.
Si nos remitimos a las papas fritas que comúnmente consumimos en restaurantes o casas de comida rápida, que son las bastón, el origen se remonta a Francia o Bélgica, dependiendo de qué lado de la pelea estén. ¿Pelea? Si, porque tanto franceses como belgas aseguran con orgullo que ellos son los creadores.
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Si nos vamos a la materia prima que permite la existencia de las papas fritas, tenemos que viajar más o menos 7.000 años atrás en el tiempo, para encontrar a la primera papa utilizada como comida.
Oriunda de la región andina de América del Sur, la papa sirvió de alimento a los Incas emplazados en las actuales tierras de Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y la Argentina. Los pueblos originarios Quechuas, Aymaras, Asháninkas y amazónicos continuaron cultivando y utilizando la papa como comida, hasta que las colonizaciones españolas llegaron.
En ese momento la papa se convirtió en un deseo de los colonizadores, que junto a otros alimentos, oro y demás metales preciosos, comenzaron a viajar a Europa, eclipsando los paladares de la aristocracia española en principio. Una vez en Europa la papa se expandió a niveles sin precedentes para otros cultivos/comida, y hoy está presente en casi todos los países del mundo.
Hoy en día la producción mundial de papa alcanza, aproximadamente, los 370 millones de toneladas siendo China, India y Rusia los principales productores (FAO 2019). Argentina produce aproximadamente 2,8 millones de toneladas, destinándose aproximadamente 75-80 mil hectáreas.
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¡A cocinar!
Sin ser el objetivo de esta nota y en un arrojo de atrevimiento sin igual, quien escribe esta nota les va a dejar sus consejos para hacer las mejores papas fritas de su vida:
1- Pele la papa, corte en bastones lo más uniformes posibles y sumérjalas en una olla con agua fría durante 10/15 minutos.
2- La papa irá perdiendo el almidón sobrante. Cuele bien y ponga las papas entre dos repasadores secos por 15/20 minutos hasta que estén bien seca.
3- Ponga grasa en una sartén, disco u olla amplio donde al colocar las papas no rebalse.
4- Hierva la grasa y moje una papa en la superficie, si hace burbujas arroje con cuidado el resto de las papas en la olla, cuidando de no quemarse.
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5- Vaya pescando con una espumadera las papas más chiquitas que se cocinan antes hasta sacar todas. Vuelva a repetir si tiene otra tanda de papas.
6- Coloque las papas cocidas en una superficie plana con servilletas de papel debajo. Ponga sal a gusto y mueva la fuente para ir secando todas las papas.
7- ¡Disfrute!
Un último detalle y no menor. La grasa que utilice tiene que estar en su temperatura máxima para que la cocción de la papa sea rápida por fuera “sellándola” y que el aceite no impregne la papa por dentro. Eso hará que le queden crocantes por fuera y tiernas por dentro.