Como defendemos elecciones libres, también necesitamos un trigo libre. El productor, que debe sembrar trigo hoy, no puede esperar a que le digan cómo se va a comercializar el trigo el 11 de diciembre.
Convoco a los políticos de todos los sectores, incluyendo al FpV que dejen atrás especulaciones electorales y definan ahora que política de precio puede esperar el productor cuando venda su cosecha, asegurándole que va a estar en los mismos parámetros que sus competidores de los países limítrofes, como Brasil y Uruguay.
Resulta vergonzoso registrar que 2013-2014, la era de la tecnología, se retrocedió en sembrar la misma cantidad de hectáreas que hace 110 años cuando la agricultura se hacía a tracción animal: 3.4 millones.
Necesitamos, como país que ha sido el granero del mundo, volver a recuperar mercados y asimismo asegurar que todos los actores de la cadena de comercialización triguera trabajen en el mismo sentido, sin especulaciones ni cartelizaciones: tener el trigo a mitad de precio que el valor internacional, no ha servido para frenar el aumento del precio del pan. Analicemos con honradez toda la cadena de trigo, desde la semilla, la molienda a harina y luego del pan, para una competencia justa y transparente. El trigo sólo representa el 9% en el costo final del pan, por lo que no se entiende tanta cizaña contra un producto tan noble, que además resulta fundamental en la sustentabilidad ambiental. Debemos volver a incentivar la rotación de cultivos para mantener la nutrición de nuestra tierra.
Si al productor se le dan hoy las condiciones mencionadas, que no es más que la libertad de producir y comercializar contempladas en nuestras leyes, estamos convencidos que a fin de año el país contaría, al menos, con 2.000 millones de dólares adicionales en divisas para bien de la cadena triguera, del interior productivo y de toda la economía en su conjunto.
Necesitamos un trigo libre, sin derechos de exportaciones, ni Roes, como tampoco intervenciones serviles a unos pocos. Deroguemos la resolución 543/2008 (ROES) y exijamos la plena vigencia de nuestra Constitución.
Por Cornelia Schmidt-Liermann. Diputada Nacional del PRO