El ministro de Producción, Francisco Cabrera, llevará a Brasilia el próximo lunes, como parte de la agenda con Brasil, la posición de la Argentina sobre las tratativas del Mercosur con la Unión Europea (UE) y el temario preparatorio para el primer encuentro del bloque sudamericano con la Asociación Europea de Libre Comercio, conocida como el grupo EFTA.
Los países integrantes del Mercosur buscan neutralizar las incipientes tendencias proteccionistas surgidas en Estados Unidos y para ello mantendrán reuniones por separado durante febrero, con miras a avanzar hacia acuerdos con la Unión Europea, por un lado, y por otro con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, según la sigla en inglés).
El año pasado el bloque regional que integran Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y el suspendido Venezuela, intercambió ofertas con la UE, pero se mantienen aún posiciones muy distantes en algunos temas, como la apertura del mercado europeo a los productos agrícolas, según indicó Télam.
El clima, sin embargo, cambió luego de la asunción presidencial de Donald Trump en Estados Unidos, pues “el contexto internacional torna más deseable que nunca tener un acuerdo con el Mercosur”, dijo recientemente en Davos, Suiza, la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malström, tras reunirse con la canciller Susana Malcorra. La funcionaria europea, de nacionalidad sueca, admitió que se están acelerando las negociaciones “lo máximo que podemos” para lograr un convenio “cuanto antes”.
En febrero habrá una cita a nivel técnico en Bruselas y para marzo está prevista una reunión política de ambos bloques en Buenos Aires.
El objetivo de máxima, esbozado durante los encuentros enmarcados en el Foro Económico Mundial, es poder anunciar un entendimiento “político” -sobre las cuestiones relevantes- en torno del acuerdo de libre comercio con la UE en diciembre próximo, durante la reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que tendrá sede en Buenos Aires.
Los funcionarios del área admiten que será trabajoso cerrar la totalidad de los puntos técnicos, y admiten que restan por sortear las presiones de Francia, que tendrá elecciones este año, y de otros proteccionistas agrícolas, como Irlanda.
El Mercosur ofreció eliminar aranceles para 87% del comercio en un plazo de 15 años, lo cual es considerado insuficiente por la UE, mientras los europeos propusieron como contrapartida eliminar sus alícuotas para 89% de las exportaciones sudamericanas, aunque sin incluir rubros clave como el etanol y la carne bovina.
Las perspectivas de un relativamente cercano acuerdo con la UE, con todo, se sustentan en la reciente decisión del presidente Trump, que sepultó las posibilidades de concluir el Acuerdo TransPacífico que venían discutiendo Estados Unidos y la Unión Europea, según indicó Telám .
Cuando la medida era aún sólo una amenaza, Malström dejó en claro que Europa proseguiría con firmeza en la negociación de 16 acuerdos comerciales y que prepara la apertura de discusiones con otros 6 socios.
Junto a las tratativas del Mercosur con la UE, también se comunicó en Davos que concluyeron con éxito los tres encuentros exploratorios con el grupo EFTA (Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein), que habían comenzado en marzo de 2015 y tuvieron por objetivo conocer los intereses y posiciones de ambas partes en una futura negociación comercial.
Ambos bloques reconocieron la complementariedad de sus economías y “el potencial existente para profundizar sus relaciones económicas, a través del aumento de los flujos comerciales y de inversiones”.
En 2015 el comercio bilateral superó los u$s 8.700 millones, según datos de la EFTA: el bloque europeo exportó, entre otros, productos farmacéuticos (u$s 1.400 millones), químicos orgánicos (u$s 764 millones) y material para maquinaria (u$s 462 millones).
A la vez, importó de los países del Mercosur piedras preciosas y metales (u$s 1.900 millones), químicos inorgánicos (u$s 859 millones), alimentos (u$s 357 millones) así como café, té y especias (u$s 259 millones).
