En pocas semanas más se abre la ventana de siembra de soja de primera, en un contexto desfavorable para amplios sectores de la región agrícola ya que grandes áreas de Buenos Aires, este de La Pampa, sur de Córdoba y sur de Santa Fe se encuentran anegadas, afectando la movilidad en caminos rurales y reduciendo la superficie agrícola disponible para la siembra de cultivos. Por otro lado, la expansión de área prevista para cultivos como maíz, girasol sobre el centro y norte del país, y la recuperación de áreas trigueras en el extremo norte de nuestra región agrícola, también reducirán la superficie disponible para la siembra de soja durante este nuevo ciclo, según indicó un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA). Así las cosas, la entidad estima que el cultivo de soja reducirá por segundo año consecutivo su área a escala nacional, cayendo a una superficie estimada de siembra de 18.100.000 hectáreas para la campaña 2017/18, registrando una merma interanual de 1,1 M ha (Superficie Sembrada 2016/17: 19,2 M ha).
La BCBA realizó un análisis de las variables económicas, agronóicas y climáticas que determinarán la campaña de soja. Aquí, el informe:
Marco económico
El comportamiento observado para las principales variables económicas durante los meses de pre-campaña 2017/18, mantiene la mejora relativa de la relación insumo-producto de los cereales respecto al cultivo de soja, que comenzó en la campaña 2016/17. En este sentido, los márgenes brutos promedio para áreas representativas de zonas núcleo y extra – pampeana casi no han variado para los casos de trigo y maíz. Aunque se observan reducciones de entre 7% y 9% del margen bruto 2017/18 de soja respecto del registrado en 2016/17, debido principalmente a la evolución de la cotización del grano observado en los meses de pre-siembra. Sin embargo, la expectativa de baja de retenciones de 0.5% mensual desde enero de 2018, que comenzó a ser incorporada al precio futuro a cosecha de la oleaginosa, y la menor inversión por hectárea necesaria en la producción de este cultivo, configuran variables alentadoras en la toma de decisión de producción.
Escenario agronómico
Al escenario económico descripto se añade un escenario agronómico adverso, debido a la problemática de inundaciones que afecta amplios sectores sobre el sur de nuestra región agrícola, en un periodo crítico del año para la actividad del sector. Se estima que la superficie comprometida supera las 6 millones de hectáreas, cifra que crece luego de cada frente de tormenta y se contrae lentamente en los lapsos de buen clima. En el contexto actual, en el cual luego de cinco campañas húmedas las napas freáticas permanecen próximas a la superficie, incluso el frente de tormenta más débil puede sumar hectáreas comprometidas a la cuenta. No obstante, debe notarse que no toda el área afectada se especializa en la producción de cultivos extensivos. La mayor parte se destina a la actividad ganadera en relieve bajos, con menor aptitud agrícola y menor aporte a la producción nacional de soja. Si bien la superficie comprometida para la producción de cultivos extensivos se reduce a poco más de un millón de hectáreas, cifra considerablemente menor al total del área afectada, no deja de ser una superficie significativa que reduce el área agrícola nacional prevista para este nuevo ciclo.
En la secuencia de siembra en las regiones afectadas, el primer cultivo comprometido es el girasol, seguido por el maíz temprano cuya ventana de siembra comienza a mediados de septiembre y se prolonga hasta principios de noviembre, dando inicio luego a la ventana de siembra de soja de primera. En esta línea de tiempo es altamente probable que, debido a factores climáticos que describiremos más adelante, en un escenario optimista la mayor proporción de lotes hoy en día inundados no modificaran su condición hasta finales de noviembre, momento en el que la ventana de siembra de soja de primera ya se encuentra a mitad de camino.
Es sabido que el retraso en la fecha de siembra genera mermas sobre el rendimiento potencial del cultivo a cosecha. Si a esta reducción en el rendimiento añadiésemos la menor rentabilidad que presenta el cultivo en comparación al ciclo previo y a los márgenes arrojados por maíz durante este nuevo ciclo, es probable que de recuperarse lotes a partir de diciembre en adelante sean destinados a la siembra de este último cereal de verano.
Escenario climático
Durante el inicio del año se registraron sucesivos frentes de tormenta que acumularon abundantes volúmenes de precipitaciones en poco tiempo, generando anegamiento en zonas bajas que posteriormente fueron expandiéndose sobre el sector sur de la región agrícola. A partir de abril las inundaciones comenzaron a afectar la siembra de los cereales de invierno y el escenario se agravó luego de haber transcurrido un invierno atípicamente húmedo que no dio pausa y continuó sumando agua en amplias regiones de Buenos Aires y La Pampa.
Actualmente, nos encontramos próximos a ingresar a uno de los períodos más húmedos del año, incluso con perspectivas de superar el volumen de agua registrado durante el mismo período del ciclo previo. Las perspectivas climáticas para los meses de octubre a diciembre indican que las áreas afectadas por anegamientos en el sur de Córdoba y Santa Fe, oeste de Buenos Aires y norte de la Pampa experimentarán precipitaciones locales superiores al promedio de la región pampeana, provocando nuevos excesos hídricos durante el momento de mayor actividad de siembra de la oleaginosa. Durante el verano se acentuarán los rasgos señalados para la primavera, donde la circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará muy activa, alternándose largos períodos cálidos con cortos pero muy intensos descensos térmicos, con riesgo de heladas primaverales en gran parte de la Argentina.