En el encuentro, se destacó el alto poder de efectividad de este cultivo transgénico para evitar el daño por insectos, aunque se alertó sobre la necesidad de sembrar refugios, para prevenir el desarrollo de resistencias en las plagas.
Esta práctica consiste en implantar 10% del lote con maíz no BT, de ciclo similar. Al no genera resistencias, se prolonga la efectividad del insecticida dentro de la planta, con el consecuente incremento en la rentabilidad de hasta 35 por ciento.
Al respecto, Cecilia Roca, responsable técnica de ASA, explicó que “las plagas más importantes a nivel nacional pertenecen al orden de los lepidópteros, como el barrenador del tallo y el gusano cogollero”.
La experta agregó que “la aplicación de este sistema de siembra de refugios permitirá que el maíz BT continúe siendo efectivo y el productor preserve esta ventaja competitiva, porque si los insectos potencialmente sobrevivientes se cruzaran entre sí, se desarrollaría a través del tiempo una población resistente, perdiendo el maíz BT su efectividad de control”, alertó.
Con un nivel de adopción cercano a 60% del total de la superficie, “las ventajas del maíz BT no sólo se ven claramente en el aumento del rendimiento sino también en la facilitación del manejo y un mejor secado del grano”.
Finalmente, la especialista recordó cada 1.500 metros de maíz BT debe existir un refugio, al cual no se le debe aplicar insecticidas contra el barrenador. Sólo en caso de ser necesario, se podrá combatir el gusano cogollero.