Técnicos del INTA desarrollaron dos híbridos con buen comportamiento sanitario, lo que permite incrementar los rendimientos apuntando a satisfacer la demanda creciente de los mercados.
La amplia variabilidad agroclimática en la que se cultiva el girasol en nuestro país –con ambientes subtropicales y templados– favorece la aparición de diferentes enfermedades que lo afectan. Por eso, con el objetivo de contribuir a un manejo más sustentable, técnicos del INTA desarrollaron dos líneas de girasol con muy buen comportamiento sanitario: GP 14/06 y GP 14/08.
“Se trata de dos líneas de girasol o híbridos resistentes a la raza 710 de Downy mildew, a Verticillium dahliae, mientras que sus características permitirían evitar la infección de una nueva variante de Downy mildew y tener también un buen comportamiento frente a la Verticilosis del girasol”, según Julio Gonzales, técnico del INTA Pergamino, Buenos Aires.
El especialista destacó el desarrollo de líneas portadoras de fuentes de resistencia y lo consideró un “importante aporte al sector” al brindar una alternativa de manejo en ambientes donde predominen estas enfermedades de alta incidencia en el cultivo, tanto por su severidad como por su amplitud de distribución en el área girasolera argentina.
“Este logro contribuirá a la difusión del cultivo, al tiempo que se contribuye al manejo sustentable de las enfermedades”, indicó Gonzales. Y agregó: “La obtención de genotipos con resistencia a estreses bióticos y abióticos, permitiría incrementar los rendimientos y satisfacer la demanda creciente de los mercados”.
En cuanto a su fisiología, Gonzales especificó que “la línea GP 14/06 es de ciclo más corto y altura menor que GP 14/08. A su vez, el aquenio o semilla de GP 14/06 es de pericarpio negro con estrías grises y el de GP 14/08 es de pericarpio castaño con estrías castaño claro”.