Esta semana, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna realizó un duro diagnóstico de la política de Cambiemos: señaló que es una combinación de medidas que ya implementaron los gobiernos militares y el menemismo, y tanto el jefe de Gabinete, Marcos Peña, como el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, salieron al cruce y lo acusaron de hacer “lobby” para propiciar una devaluación.
Para Rogelio Frigerio, las expresiones del economista del Frente Renovador fueron “poco feliz”, e insistió en que la Argentina crecerá el año próximo, “después de cinco años de estancamiento”.
“Es una comparación poco feliz. Este gobierno es democrático, elegido por la mayoría de los argentinos que esperan un cambio. Es demasiado pronto para exigirnos resultados tan drásticos”, dijo el funcionario.