El Gobierno nacional defendió su postura de adherir a UPOV 91, el convenio para tecnología en genética de semillas que se encuentra incluida en la Ley Ómnibus. Esta iniciativa del oficialismo generó divisiones en el seno de la Mesa de Enlace, con tres entidades que rechazaron la idea y una que manifestó su postura a favor.
El secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, reconoció que adherir a esta medida “significa el acceso a la mejor tecnología genética disponible para todos los productores”. A través de un comunicado, la cartera señaló que este convenio permitirá que el productor argentino acceda “a la mejor tecnología genética del mundo”.
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Entre otros beneficios, explicaron que a partir de esta normativa se podrá incrementar la productividad y nutrición de los cultivos, los saldos exportables y la resiliencia de los mismos frente a la creciente volatilidad climática.
Como se recordará, el artículo 241 del proyecto de Ley Ómnibus señala que “la República Argentina adhiere a la Convención Internacional sobre la Protección de Nuevas Variedades Vegetales (UPOV), ACTA 1991”. En la actualidad, nuestro país ya se encuentra adherido a UPOV ACTA 1978.
SEMILLAS: QUÉ ES EL UPOV 1991
El convenio al que busca sumarse el Gobierno crea el uso propio por parte de los agricultores; excepción que no existe en el ACTA 1978 a la cual Argentina se encuentra adherida hoy. Desde Bioeconomía detallaron que en los países adheridos a UPOV ACTA 1991, se ha reglamentado que los pequeños productores quedan exceptuados de pagar por el uso propio.
“Respecto a los pequeños agricultores y al uso de sus semillas nativas y criollas, UPOV 1991 no viene a regular sobre material sin propiedad intelectual por lo cual estas especies no son alcanzadas por el ACTA 1991”, señalaron.
Las autoridades señalaron que este convenio potenciara a desarrolladores de genética locales tales como el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), principal obtentor de variedades a nivel nacional con inversión pública en mejoramiento.
También alcanzará a otros organismos como el Conicet, a la estación experimental Obispo Colombres y obtentores pymes.
“Esta adhesión dará impulso al desarrollo genético en cultivos tales como arvejas, lentejas, garbanzo, lechuga, tomate, maní, porotos, claves para mejorar la seguridad alimentaria, donde la Argentina tiene el potencial de ser líder global”, agregaron.
Respecto a la extensión de los años de protección, Argentina cuenta hoy con una protección mayor a la establecida en el acta de 1978, que implica un plazo de 20 años para todas las especies. Con la adhesión a UPOV 1991, seríán cinco años para árboles y vides que se determinaría en 25 años, el resto permanecerá igual.