Un incendio que provocó el viento Zonda el pasado fin de semana en Mendoza afectó seriamente al frigorífico Tunuyán, con pérdidas que rondarían los $400 millones.
Si bien las maquinarias quedaron intactas, las pérdidas estructurales fueron impresionantes: el fuego arrasó con mercadería acopiada como papas, ajos, vinos, fruta fresca (sobre todo uva de mesa, peras y duraznos), plantines de frutilla para exportación y manzana en atmósfera controlada.
Su dueño, Jaime Campomar, también presidente del frigorífico Aconcagua, aseguró que no le preocupa “el daño en sí mismo” porque lo cubre la aseguradora, sino “el tiempo que demande la reconstrucción” del establecimiento, dado que en ese tiempo la empresa no generará facturación.
Por eso, Campomar se reunió con el gobierno de Mendoza, para avanzar en una solución que le permita cumplir con los empleados. “Este problema que no sólo afecta a los 19 empleados directos sino también el trabajo indirecto de productores e industriales que acopian, lo que provoca un efecto multiplicador en otros puestos de trabajo”, señaló.
En ese sentido, el propietario planea acordar con la compañía de seguros un modo de emplear a los trabajadores afectados para realizar la limpieza y remoción de escombros, e incluso para las tareas de reconstrucción. En tanto, accedería a la asistencia de Recuperación Productiva (REPRO) para cubrir las cargas sociales, mientras que los sueldos los liquidaría la misma firma.
Lo cierto es que la recuperación del frigorífico llevaría alrededor de un año, según estiman los peritos.
“Hemos gestionado ante otras empresas que se han solidarizado para recibir productos, proveer cámaras de frío, mientras conversamos con otras para saber qué capacidad ociosa tienen para albergar mercadería”, contó el jefe de Gabinete de Economía, Alfredo Aciar.