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El fracaso de la Ronda de Doha es una frustración

La falla de acuerdo en las negociaciones por los subsidios, tuvo que ver con una falta de política de apertura de los países desarrollados. Y ahora es difícil lograr algo a corto plazo.

La falla de acuerdo en las negociaciones por los subsidios, tuvo que ver con una falta de política de apertura de los países desarrollados. Y ahora es difícil lograr algo a corto plazo.
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La Argentina es un país exportador de alimentos. En consecuencia, el fracaso en la Ronda de Doha significó una rotunda frustración: estamos perdiendo una oportunidad de gran valor, de mejora en el acceso de nuestros productos.

El posible acuerdo en la modalidad de la agricultura se viene posponiendo desde 2003. Primero iba a ser Cancún, después la ministerial de Hong Kong; luego, con una agenda muy ajustada se iba a llegar a julio de 2006. Pero no se pudo cumplir.

Básicamente, el fracaso se dá porque los grandes actores de la agricultura mundial no tienen una verdadera decisión política de mejorar el acceso a los mercados de productos agrícolas, y de bajar los subsidios.

Los actores

Por un lado, aparecen los Estados Unidos. Al país norteamericano se le demandó una baja en los subsidios que otorgan al agro como ayuda interna. Por otra parte, el reclamo a la Unión Europea fue un movimiento en el acceso a los mercados.

Y, finalmente, los países en desarrollo como la Argentina, Brasil, India y China estuvieron instados a hacer movimientos en el acceso al mercado de productos no agrícolas, denominados NAMA.

El futuro

El panorama que evidencia este fracaso no es alentador. Este no acuerdo indica que la agenda multilateral quedará directamente ajustada a la agenda de los países grandes.

Los Estados Unidos tendrán elecciones en su Parlamento. El año que viene se vence la autoridad para que el presidente George W. Bush negocie los acuerdos del Fast Truck. Y, con un parlamento en contra, les será muy difícil renovar el Fast Truck. Quedará, entonces, esperar al nuevo presidente de los Estados Unidos.

Las divergencias al día de hoy son tan grandes entre las posiciones negociadoras, hay tantos ítems, que es muy poco factible lograr un acuerdo a corto plazo. Materialmente imposible. Entonces, habrá que pensar en que, de aquí a que la agenda de EE.UU. se renueve, va a estar todo relativamente parado.

Aquí es donde la Argentina tiene que replantearse qué hacer. Será bueno seguir tratando de abrir nuevas negociaciones en todos los frentes, tanto a nivel país – país, como a modo de bloque.

Raúl Rocatagliata

Coordinador del Instituto de Negociaciones Internacional de la Sociedad Rural.

Especial para el Suplemento de Agroeconomía-Revista El Federal

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