El jefe de Gabinete, Marcos Peña, anunció hoy en su cuenta de twitter que el presidente Mauricio Macri designó a Fernando Oris de Roa como nuevo embajador argentino ante los Estados Unidos.
Oris de Roa es un reconocido empresario relacionado al sector agropecuario, que pasó por la citrícola San Miguel y por la presidencia de la avícola Avex, radicada en Córdoba.
@mauriciomacri designó a Fernando Oris de Roa como embajador argentino ante los Estados Unidos.
— Marcos Peña (@marquitospena) 3 de noviembre de 2017
Infocampo lo entrevistó en el año 2008, y compartimos aquí parte de ese reportaje que le realizó Eliana Ramos.
-¿Cuál es la foto que ve hoy día en materia de agronegocios?
-El panorama que tenemos de aquí en más es una toma de conciencia que el sector agrícola existe, surge esta nueva concepción de que el país tiene algo que ofrecer al mundo y lo que nos queda de aquí en adelante es un desafío muy importante que es cómo le damos forma a esta existencia del sector agropecuario y agroindustrial, qué políticas vamos a seguir para que el país pueda capturar, retener y usar ese valor agregado a aquellos productos crudos que hasta ahora exportamos en forma muy atomizada.
-¿De qué forma podría exportar valor agregado nuestro país?
-La típica reacción argentina es: ¿Qué se me ocurre que puedo hacer con mi producto para agregarle valor? Parece muy lógico, no criticaríamos que alguien piense así, sin embargo es un camino muy largo. Lo que hay que hacer es ir y ver qué es lo que los clientes quieren en términos de valor agregado, de esta manera reducimos el riesgo de equivocarnos en la elección de lo que vamos a hacer.
-¿Cree que el inversor argentino o el agropecuario está preparado para dar esta vuelta?
-La pregunta sería si el productor o el agroindustrial argentino está preparado: la respuesta es sí, acá lo que sobra es preparación.
Ahora si la pregunta es si tenemos la capacidad de darnos cuenta que la fórmula es otra… a veces pienso que estamos un poco condenados a mirarnos el ombligo y no tomar conciencia de que estas cosas las debemos hacer con el consentimiento de los clientes o asociándonos a un cliente y empezar a darnos cuenta que nosotros tenemos una parte de la ecuación y no la vamos a completar hasta que conversemos con la otra mitad.
-¿Cómo le están pegando a la agroindustria estas tasas de interés elevadas que se están manejando?
-Este es un país que requiere trabajar con capitales propios, no se puede depender de la financiación de terceros. Los bancos tienen una opinión muy volátil, a veces quieren prestar, otras veces no. Cuando uno lo necesita no y cuando no se necesita sí están disponibles. Uno se ve forzado a trabajar con una alta dosis de capital propio. Eso no está mal, el problema es que la tasa de crecimiento se reduce enormemente porque en vez de crecer un 40 o 50% anual teniendo fondos de terceros, debe guardar y reinvertir el dinero en ciclos buenos, pero aguantar en los ciclos malos. Así se avanza muy lentamente.
Esto es malo para el empresario, pero fundamentalmente para la sociedad que rodea al empresario. En los mejores casos se crece un 12 a 15% al año. El financiamiento es una limitante importante.
-¿Considera que este tipo de cambio está bien?
-Creo que es adecuado. No sé muy bien cuál es el nivel de inflación de la Argentina, así que yo creo que este tipo de cambio se puede erosionar en la medida que aumente la inflación.
Pero creo que el secreto no pasa por el tipo de cambio, sino por la productividad de cada uno de nosotros. El desafío nuestro como sociedad es hacer una persona que produzca cinco o seis veces más. Creo que el tipo de cambio no es el problema sino la rentabilidad.
-Respecto de la realización de la Ronda de Doha, ¿cree que tiene impacto en la producción que usted realiza?
-Nosotros nos apoyamos sobre nuestras ventajas comparativas. Tenemos mucho maíz, soja, terrenos, pero contamos con muy pocas ventajas competitivas, es decir ¿qué es lo que hacemos nosotros que por ser nosotros nos paguen más? El hecho que estas rondas se posterguen en realidad lleva a que la gente con la que nosotros transamos en el mercado exterior pateen la pelota para adelante y no nos dejen avanzar en términos de intercambio económico. Entonces cada vez que fracasa una de estas rondas significa que nosotros exportaremos más maíz y menos carne de pollo, derivados de la lecitina de soja o menos derivados de los aldehídos del aceite esencial de limón.
Habrá menos sofisticación de lo que exportamos y nuestros transportistas en vez de estar usando tanques de acero inoxidable tendrán un atraso de 20 años.
-Las empresas avícolas, ¿podrían asegurarse el abastecimiento del maíz y la soja?
-Creo que todas las empresas avícolas en Argentina tienen una buena tecnología en cuanto a compra de materias primas, y si hay algo que abunda en nuestro país es maíz y soja.
-¿El abastecimiento sería con proveedores o con producción propia?
-Esa es una decisión de las empresas, creo que la mayor parte de ellas no se mete en producción propia de cereales y oleaginosas porque hay productores que lo hacen muy bien. Para hacer pollos o cualquier otra carne ya se requieren suficientes desafíos.