Imagen: Diego Lima
Hay dos incógnitas que desvelan a los productores: de dónde sale el agua y qué viene después de la odisea que están viviendo. La mayoría de los caminos rurales son ríos, el 70% de la producción agrícola está bajo el agua, los animales se enferman, los camiones con leche vuelcan, los trabajadores de plantas lácteas llegan caminando para priorizar la entrada de vehículos con materia prima o alimentos para las vacas.
Armando Caisuti tiene 28 años, 300 hectáreas y una voluntad inquebrantable. “No voy a abandonar -dice a La Nación-. Me achicaré o empezaré de nuevo.” Hace dos meses que lidia con el agua en Arroyo Algodón; en los últimos 15 días la pelea se profundizó. Esta semana tiró 7000 litros de leche, dio por perdidas 120 hectáreas de alfalfa (cuesta 7000 pesos reimplantar una hectárea), la producción de su tambo cayó 25% y se angustia mirando el escaso alimento que le queda para los animales.
Según ese diario, La Playosa, Arroyo Algodón, Pozo del Molle y Cintra son algunos de los pueblos del sudeste cordobés que están anegados desde hace meses, pero cuya situación colapsó en los últimos días. Es cierto que llovió por encima de la media, pero nada explica la inundación y el agua que sigue subiendo como si hubiera (y no los hay) ríos desbordados a metros de los campos.
Adrián Carnero, del establecimiento lácteo Los Pinos, en La Playosa, tiene su fábrica rodeada por una laguna. Su padre, Adolfo, lleva 75 años de trabajo y asegura que “nunca” vio nada parecido. De 20.000 litros diarios de leche que procesaban, con suerte, logran entrar 3000.
“No podemos cumplir con pedidos -cuenta-. Los costos de producción se multiplicaron por tres; priorizamos retirar la leche, pero para preservar el único camino que queda a veces lo hacemos cada dos días.” El martes se le tumbó un camión con 7000 litros: los perdió.
Impotencia, desazón, bronca. En la zona todos miran el cielo, pero saben que las lluvias no explican el agua que avanza. Hay hipótesis de lo más variadas y la certeza de obras postergadas desde hace años y promesas repetidas desde hace décadas.