Arroyo Dulce es una localidad ubicada en el corazón del norte de la provincia de Buenos Aires. Se encuentra situada entre los Partidos de Salto y Pergamino, zonas tradicionalmente sojeras y maiceras.
Sin embargo, Estelvio Vagnoni, tiene antecedentes familiares por ser disruptivo respecto a las prácticas agrícolas habituales de una zona determinada.
“Nuestra familia fue la primera en sembrar maní en Tucumán en el año 1986 y originaria en hacer lenteja en esa provincia”, dice orgulloso el entrevistado, pero sabe que la siembra de papa a gran escala en el norte bonaerense es un desafío que presenta múltiples limitantes.
LA PAPA, CON LA SOJA
“Hace dos años que nos planteamos hacer papa en una zona netamente sojera. El primer año, prácticamente no tuvimos producción por la sequía. En esta campaña, las fuertes heladas de esta región nos limitó sensiblemente la producción”, comentó el titular de Agrocomercial Vagnoni, una firma de Arroyo Seco, Santa Fe, que agrega valor a los cultivos que implanta a lo largo y ancho del país.
Si bien es una pequeña empresa que se dedica a la producción e industrializado, a través del deshidratado industrial de Perejil, Kale y Espinaca, también apuesta a los cultivos no tradicionales y los intenta introducir en las rotaciones agrícolas. Entre ellos, papa, zanahoria, remolacha, zapallos, entre otros.
Pero con respecto a la situación climática de la temporada pasada, enfatizó con franqueza que en sus 60 años de vida nunca experimentó algo similar. “Nueve meses sin lluvias y heladas en periodos ilógicos nunca me pasó”, insiste, depositando sus esperanzas en la próxima campaña papera.
TRABAJO PARA SORTEAR LIMITANTES
Según Vagnoni, quinta generación de la firma, en los primeros dos años de producción de papas en este campo tradicionalmente sojero de la zona núcleo, pudo evaluar el comportamiento del cultivo y comenzar a emplear herramientas disponibles para ajustar su manejo.
“Necesitamos 4 o 5 años de trabajo para conocer si en esta zona el cultivo de papa es factible de promover. Recién estamos transcurriendo el segundo año de siembra y los resultados nos indican que hay mucho por hacer todavía”, dice a Infocampo el productor.
Uno de los aspectos que Vagnoni tiene que corregir en esta región, es la fecha de siembra, ya que en los extremos de producción el cultivo es afectado fuertemente por las heladas. “Es una zona con muchas limitaciones por las puntas que tiene el clima en cuanto a las temperaturas. Sobre todo las térmicas bajas que son muy extremas”, aclaró.
Sin embargo, ya piensa en modificar la fecha de siembra en la próxima temporada y continuar observando el comportamiento del cultivo. “No debemos dejar de analizar que es una prueba piloto de 100 hectáreas, donde estamos analizando si en verdad es factible hacer el cultivo en esta región. Yo siento que, con algunos cambios de manejo, se puede lograr”, expreso convencido.
Por otra parte, cuenta que el desarrollo de la planta es bueno en esta latitud y si bien los suelos son bastantes compactables entienden que aun así es potable el desarrollo de este cultivo. “Es una zona que se podría tener en cuenta para hacer contaestación aunque hoy no tengo la autoridad necesaria para decir si es buena o mala. Para eso, estamos investigando el cultivo y con el paso de las temporadas lo vamos a saber”, comentó.
EXPLORANDO ZONAS NUEVAS
La competencia hace que su empresa tenga que salir a buscar regiones que le permita implantar los cultivos que necesita para desarrollar el agregado de valor que persigue su negocio.
“Nuestra empresa está situada en el sur de Santa Fe y buscamos campos que nos queden razonablemente cerca para producir. Sabemos que desde hace años muchos productores fueron migrando a otras zonas en donde se permitieron tener resultados exitosos, especialmente en el sudeste de Buenos Aires”; expresó.
En cambio, nosotros, queremos explorar zonas próximas a Arroyo Seco para desarrollar los cultivos que hacemos con proximidad”, dice.
Según el entrevistado, actualmente se está sembrando papa en Viedma y Patagones pero la posibilidad no se reduce a esa zonas. “Si rayamos los extremos podemos mencionar que el cultivo se puede producir hasta en El Bolsón”, cuenta entusiasmado.
Como ejemplo, dijo que hace 10 años se plantearon la idea de desarrollar la papa en Jujuy, de la misma manera que lo ensaya hoy en el norte bonaerense. “Luego de las investigaciones realizadas en Jujuy, actualmente en esta provincia están haciendo el cultivo a escala y con muy buenos niveles de producción”, manifestó.
Por otra parte, expuso que si el cultivo de papa se adapta a esta zona núcleo, “vamos a abrir el abanico para otras hortalizas como zanahorias, remolacha, zapallos, siempre para fines industriales como comidas saludables”.
DENTRO DE LAS ROTACIONES
Incluir la papa en las rotaciones del norte bonaerense implica también años de investigación. “El problema principal es que la papa no admite que el cultivo antecesor utilice herbicidas de fácil lectura como los residuales”, explicó Vagnoni.
Si bien tanto soja, maíz, trigo, poroto y otros cultivos se adaptan muy bien a la papa como cultivo precedente, la utilización de algunas moléculas específicas de herbicidas pueden comprometer el cultivo de esta hortaliza.
“La papa como cultivo antecesor es excelente. Cualquier siembra posterior es muy buena y no existe contraindicación. Por eso creemos que se puede manejar perfectamente las rotaciones agrícolas con la instrucción de papas”, resaltó.
En ese marco, admitió que la papa deja un suelo en óptimas condiciones para futuros cultivos. “Salimos de papa y podemos hacer soja o maíz con absoluta plasticidad. En lo personal, solemos hacer perejil como antecesor papa. Son cultivos que se adaptan muy bien a cualquier sistema, considerando el manejo”, concluyó.