El cerdo está generando controversias. Es que algunos denuncian un aumento de precios y falta de materia prima y otros, si bien reconocen esta suba, la enmarcan dentro de un plano de tipo global, ubicando la responsabilidad del lado de la industria y desligando de esta al productor.
Infocampo TV conversó con Martín Glydenfeldt, gerente de la Cámara Argentina de la Industria del Chacinado, y postulante del primer grupo, y también entrevistó a Juan Uccelli, quien defendió la segunda postura.
Glydenfeld por su parte, sostuvo que existe una suerte de desabastecimiento de carne porcina. “La industria está sintiendo un poco la falta de materia prima -que es la carne de cerdo- con la cual debe cumplimentar sus requerimientos”, explicó, “por lo que debe importar carne de Brasil, puntualmente cortes: de jamón , paleta, bondiola, tocino. Esto es debido a la falta de producción nacional”.
Asimismo, consideró inconcebible que “en el país del maíz falte cerdo”. Sostuvo que esto ocurrió por factores ajenos a la naturaleza ya que la Argentina tiene “ventajas realmente competitivas para la producción de cerdo”. Sin embargo, otras cuestiones, como las importaciones de Brasil a principios de los 90´, o el desplazamiento de la ganadería porcina a partir de la aparición de la soja, a fines de la década, actuaron como variables que contribuyeron con esta merma productiva. “Han sido distintos factores”, agregó, “pero ya hace 2 años que el negocio de cerdos es muy rentable, con lo cual no entendemos porqué no se reactiva esta producción”. Por otro lado, denunció que esta baja no sólo trae aparejado el desabastecimiento sino que también, dentro del mercado libre de oferta y demanda, “lleva el precio del cerdo a valores insostenibles e imposibles de trasladar al producto terminado”.
En cuanto a cifras puntuales expuso que, en diciembre de 2001, el cerdo estaba a $ 0, 71 el kilo, mientras que hoy alcanza un valor de $ 2,50, lo que implica un aumento de casi el 250 por ciento. Asimismo expuso que, de acuerdo al índice interno de precios mayoristas del INDEC, el fiambre tuvo un incremento en su valor del 102 por ciento.
“La industria no puede trasladar el aumento del costo de la carne en su totalidad, trasladó un 102 por ciento pero las ventas no están bien”, explicó “si se trasladasen estos aumentos se deprimirían mucho más”. Asimismo expuso que, si bien a partir de 2003 hubo una pequeña reactivación del consumidor en general, no se dio puntualmente en el sector porcino.
En relación al escenario futuro, comunicó que hubo una leve recomposición de stocks durante los primeros 8 meses de este año, y un incremento en la faena nacional de 18 por ciento, a la vez que disminuyó la importación de Brasil en la misma proporción. “Esto quiere decir que si el productor le apuesta al sector, invierte dinero y produce más cerdo, la industria se los va a absorber indudablemente”, observó. Asimismo comunicó que, desde la cámara, están trabajando mucho a favor de la exportación ya que, supuestamente, a fines de 2005, la Argentina será considerada libre de peste porcina clásica, momento en el cual se abrirán varios mercados para la exportación. “Estamos trabajando en calidad”, agregó “ahora jamón cocido, paleta cocida, lomo cocido de góndola, son productos genuinos, pero necesitamos el apoyo de la producción primaria con materia prima para poder salir adelante”.
La otra cara de la moneda
Juan Uccelli, presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, replicó a los reclamos de Glydenfeldt y sostuvo que “respecto al costo de la carne, es verdad lo que dice, el tema es que no aclara bien que el precio de la importación también aumentó en demasía”. De esta manera, explicó que una industria que durante los últimos 10 años se abasteció del mercado de importación, y dejó de lado el mercado nacional, provocando la desaparición en el país de más de 6 mil productores, se encuentra actualmente en una situación en la cual “como el precio de afuera aumentó en demasía, viene a comprar adentro y, por un tema de oferta y demanda, aumenta el precio de acá”.
Asimismo, Uccelli consideró que “el precio lo pone la industria y no el productor, cuyo rol en toda la industria agropecuaria, es ser tomador y no fijador de precios”.
Respecto a los índices de los precios mayoristas que, entre diciembre de 2001 y septiembre de 2004 registraron aumentos del 102 por ciento para lo que es fiambres y, en el precio del cerdo sufrieron aumentos del 249 por ciento, consideró que “son precios internacionales, estamos en una globalización y el precio aumentó, lo que habría que decir es cuánto aumentó la carne que viene del exterior, porque aparte la carne aumentó en dólares, hoy estamos pagando más caro en dólares la carne que se importa que lo que se hacía en el 2001”.
¿Podría producirse lo suficiente como para dejar de importar? Frente a esta cuestión, Uccelli expuso que, si bien el país está aumentando la producción de carne porcina, ésta no tiene aún la importancia como para que se pueda dejar de importar. “El inconveniente es que durante un montón de años teníamos cerdos y no teníamos a quien vendérselos”, explicó “y mismo está semana está pasando que algunos frigoríficos ya está diciendo que no quieren las cargas de cerdo para la semana que viene, entonces es muy difícil producir un bien que una vez que se termina hay que venderlo inmediatamente. Es muy difícil producir eso y encontrarse con un mercado dependiente de una situación internacional”.
Por otra parte, resaltó que se aumentó un 20 por ciento la faena porcina. “Creemos que vamos a seguir pero queremos abrir nuestro mercado”, agregó, “no queremos depender, como históricamente se hizo, del mercado de chacinería. Queremos tener el mercado de chacinería, el mercado de la carne fresca -que es lo que estamos desarrollando- y el mercado de exportación”.
Destacó a la vez que, a partir de mayo, Argentina podrá exportar carne de cerdo, luego de convertirse en un país libre de peste porcina. “Hay destinos que ya tenemos concretos como el este europeo y Rusia”, observó “y estamos trabajado en todo el sudeste asiático, que creo que son los grandes compradores de carne. En ese momento el productor de cerdo va a decidir a qué mercado quiere venderle y en qué condiciones”.
Asimismo, sostuvo que el cambio radica en que antes era la industria la que manejaba los precios e imponía las condiciones dentro del sector. “Hoy se encuentra con que el productor puede tomar una opción y eso los pone un poco histéricos. Yo creo que lo mejor para eso es tomarse una pastillla, un tranquilizante o ir a un psicólogo”, opinó Uccelli.
Asimismo sostuvo que el precio más barato en el mundo para el cerdo está en Argentina. “El inconveniente es que nosotros vamos a producir, pero tenemos que hacer una inversión muy grande”, explicó. “Estamos hablando de 300 M de dólares y hay algo que tiene que saber la gente: por cada 5 pesos que se ponen en producción, se necesita sólo poner 1 peso en industria. Las inversiones que se colocan en producción son muy grandes y los riesgos también porque la recuperación de esa plata tarda 10 años, mientras que la industria por lo general en un año la está recuperando”.
Respecto a la denuncia sobre precios elevados, replicó que “habría que ver de qué productos estamos hablando porque muchas veces cuando hablamos de chacinería, hablamos de carne de cerdo y la mayoría de los productos están hechos con carne vacuna. El jamón cocido subió porque ahora lo que estamos consumiendo es verdaderamente jamón cocido. Lo que consumíamos antes era una fécula que era una porquería y lo que se ha logrado a partir de la producción es que hoy la gente está consumiendo jamón cocido en serio”.
Verónica Scornik
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