En el panel de oradores que participaron de Argentina Visión 2040 en la Usina del Arte, que tuvo el cierre de Elisa Carrió y su presentación del proyecto de baja de retenciones en canje por bonos para los productores, otro ítem “caliente” para el agro se coló en el bolillero de temas: la propiedad intelectual.
Ignacio Bartolomé, CEO del Grupo Don Mario, fue uno de los que planteó la necesidad de avanzar con una Ley de Semillas que proteja las inversiones en materia de investigación por parte de la industria semillera, y garantice el pago de cánones por parte de los productores.
“Sembrá Evolución es un sistema que busca hacer un acuerdo con el productor para que siembre con una tecnología nueva. Nosotros hace 50 años que estamos en el país y lo único que vimos es que fue decreciendo la inversión en la industria producto de la falta de competencia, que uno no la quiere, pero la competencia es buena y te desafía”, expresó en el panel “La mirada de los empresarios”.
Bartolomé remarcó que la compañía permanece en el país “casi en soledad” en su rubro, justamente por ser una firma nacional. “Pero si no lo fuéramos probablemente habríamos tomado otra decisión”, afirmó.
¿A qué se lo atribuye? Allí es donde se cruzó en su discurso la polémica en torno a la Ley de Semillas, sus distintos proyectos a lo largo de los años, y las idas y vueltas que tuvo su análisis.
“Esto es fruto de que esta ley de 1978 no se ha cambiado. Por eso dijimos: ‘aquellos que quieren respetar la propiedad intelectual, que se comprometan a sembrar semilla fiscalizada’. El caso contrario es que se haga el cobro de regalías sobre el uso propio de semillas en el momento del pago”, sostuvo.
“No es que lo prohibimos (al uso propio de semillas). Y por pagar, quien paga tiene acceso a las últimas tecnologías que lanzamos”, dijo.
“Y creemos que como toda persona que quiere que su operación mejore entendemos que se irá armando este círculo virtuoso del pago de tecnología. Y no estamos solos en ese sistema sino que hay otras compañías como Stine, como Syngenta, como Corteva y todos aquellos que se quieran subir al sistema son más que bienvenidos”, invitó.
MENSAJE A LOS PRODUCTORES
Bartolomé expuso que “desde el punto de vista de la Ley de Semillas nos hemos cansado de tratar de hacer cosas, y estamos más enfocados en el desarrollo privado”.
Y posó la mirada sobre la elección de los productores a la hora de sembrar. “Creemos que el tema no termina de arrancar porque muchas veces el productor no quiere que algo cambie”, expresó.
“Porque dicen “¿para qué voy a pagar si yo al final puedo no pagar?”, y en parte del sector hay hipocresía al no pagar. Después creo que hay desinterés de parte de la industria, porque analizan que tienen una mejor oportunidad en Brasil o Estados Unidos. Las compañías piensan que es mejor irse a invertir a lugares donde hay muchas oportunidades de crecimiento”, sumó.
Y cerró: “Al hablar de la construcción de consensos y mirar muchas veces en el corto plazo, este tema tal vez se pierda porque es un tema de largo plazo. Y eso es menos dólares, menos valor agregado, y cuando nos demos cuenta tal vez sea tarde, porque esto es biología”.
LA RESPUESTA DE UN PRODUCTOR
Al finalizar sus palabras Ignacio Bartolomé, un productor de nombre “José” pidió la palabra desde la segunda fila del auditorio.
“Yo, por mi trabajo, conozco cultivos de mano de obra intensiva. Y de 20 años a esa parte en el valle del río Negro se han reducido los productores y la superficie sembrada. Una de las razones es que las variedades comerciales de manzana que tienen más éxito en el mundo no son las que trabajamos aquí, mientras que nosotros no estamos dispuestos a pagar esa tecnología de un fruto nuevo, no nos la venden, y no la podemos sembrar a esa variedad. Y seguimos en la prehistoria”, expresó el productor.
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Y contestó: “Y para vos, Ignacio: no todos los productores somos iguales”.
Rápidamente Bartolomé respondió: “Por eso la oportunidad de crear consensos, y que si quieren pagar tecnología, que se la lleve el que respeta la ley, no todos”.
LA COMPARATIVA CON BRASIL
Más temprano, en el panel de “La mirada política y económica”, otro de los que en su alocución hizo mención al tema fue el economista de la Universidad Torcuato Di tella y la Universidad de Buenos Aires Andrés Borenztein.
Incluso, Bartolomé lo agradeció desde su propio panel. “Le quiero agradecer a Andrés porque es la primera vez que escucho que alguien que no es del sector lo menciona y lo pone en agenda”.
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Por eso Infocampo dialogó con él sobre propiedad intelectual, minutos después.
-Hablaste de la importancia del pago a la propiedad intelectual. En la comparativa con Brasil y sus altos niveles de producción, ¿cómo analizás ese factor?
-Yo no soy un experto en el área, lo que sí sé es que la tecnología del agro viene mejorando año a año y si nosotros queremos estar en la frontera de producción tenemos que usar la mejor tecnología posible. Y ahí sí, por principios, es que la mejor tecnología posible hay que pagarla. Entonces al final del día al sector le tiene que convenir usar la mejor tecnología aunque le cueste un canon, aunque le cueste un precio, porque eso le va a dar un rinde y una productividad superior. Si los números no dan habrá que barajar y dar de nuevo, pero me da la impresión de que los números van a dar.