Pero no todo es gozo y disfrute y el jardín requiere en esta época del año de una serie de trabajos para garantizar la sanidad y belleza a lo largo del verano, el momento de mayor actividad de las plantas. “En el caso del césped es importante aplicar urea, nitrógeno, fósforo y potasio”, recomendaron Lardiez y Deferrari, quienes extendieron el consejo para el resto de los ejemplares, en una aplicación mensual. Los expertos recomiendan también el uso de fertilizantes de liberación lenta, que no dependen del shock de calor para empezar a actuar y tienen una acción continua durante todo el año.
“También estamos en época de plagas: hay mucha cochinilla, pulgón y mosca blanca, además de hongos”, reconoció Deferrari.
La plaga más común es la cochinilla y después los hongos, sobre todo en los rosales, donde se evidencian en manchas en las hojas.
Sin embargo, la “cochinilla se cura fácilmente, aunque como no se cae de la planta, pareciera que persistiera, pero en realidad está muerta.
El pulgón también es sencillo de erradicar, se ve mucho en los pimpollos de los rosales en una buena cantidad”.
La plaga que es realmente complicada de erradicar es la mosca blanca (pequeñas mosquitas que se depositan en el revés de las hojas y si uno toca la planta se forman nubes que hacen imposible la convivencia en el jardín) “por haber generado resistencia a drogas que se usaban, como el dimetoato.
Por fortuna, hace un tiempo está en el mercado una droga nueva, imidacloprid”, con lo que el control, aunque complicado y extenso, es factible.
También se observa la presencia de babosas y caracoles, que se combaten fácilmente con babocidas y hormigas cortadoras, que requieren de un cebo tóxico para su completa eliminación.
Marianela Garbini
mgarbini@infobae.com