Según informaron desde la Casa Rosada, investigadores del CONICET – UNR realizaron una modificiación genética utilizando la planta modelo Arabidopsis thaliana, para aumentar los rendimientos en épocas de sequía.
Los investigadores diseñaron una manera de inactivar la función de una pequeña molécula de ácido ribonucleico, el microARN -miR396– que funciona como represor del crecimiento de todos los órganos, por lo tanto, su inactivación permite obtener plantas con órganos de mayor tamaño.
El trabajo, dirigido por Ramiro Rodríguez, investigador independiente y Javier Palatnik, investigador principal del CONICET, ambos del IBR, fue publicado en la revista Scientific Reports, del grupo Nature.
En la misma publicación, cuyos primeros autores fueron Matías Beltramino, -becario doctoral-, Juan Manuel Debernardi y Florencia Ercoli del IBR, se determinó que las mismas modificaciones genéticas también producen efectos beneficiosos en Brassica oleracea, un “pariente cercano de la canola”, una de las oleaginosas más utilizadas en el mundo para la producción de forraje, aceites para consumo y biodiesel.
Finalmente, el grupo demostró que estos efectos no solo se dan en las óptimas condiciones de cultivo del laboratorio, sino que también ocurren cuando se enfrentan las plantas a condiciones adversas de cultivo como la sequía o bajo el ataque de patógenos.