La constitución de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), que representa al sector más dinámico, con mayor productividad y competitividad internacional y principal producto generador de divisas del país, es una muy buena noticia.
En un momento en el que el sector no deja de crecer en producción e industrialización, se anuncia que los actores de este complejo se han unido con el propósito de “consolidar lo hecho y proyectar un futuro”, con situaciones internas y externas cambiantes, no menos impredecibles, a las cuales se enfrenta con el conocimiento que se genera del conjunto.
De esta manera se pueden diseñar estrategias de mediano y largo plazo para hacer competitivos a cada uno de los grandes sectores que hilvanan esta verdadera cadena productiva, que muchos han evaluado como “perfecta”. Diríamos que es una calificación que pretende ponderar el éxito alcanzado que se traduce en los números que marcan la presencia internacional de nuestra producción, como los primeros exportadores de aceite y harinas de soja del mundo. Sin embargo, el camino hacia la excelencia es permanente.
Un análisis crítico, realizado por y para cada uno de los sectores individuales y en el conjunto, encontró ciertas áreas prioritarias en las cuales se hace necesario trabajar en nuevas propuestas y cristalizarlas en hechos que permitan mantener la competitividad individual y en el conjunto alcanzada.
Entre ellas merecen citarse la necesidad de permanente mejoramiento de la calidad granaria y de los subproductos, el desarrollo e implementación de tecnologías de cultivo, de búsqueda de procesos industriales eficientes y económicos, un crecimiento en los usos de la soja local y con fines de exportación, el armado de una amplia estrategia defensiva frente a las amenazas sanitarias, el fomento a la investigación pública y privada -aspecto crítico para esta sociedad del conocimiento- y el armado de un sistema de inteligencia competitiva para el desarrollo de mercados externos, en competencia con los subsidios y barreras no menos perjudiciales al libre comercio.
También en Acsoja se han definido aspectos a mejorar relativos a la comunicación en todos los pasos de la cadena, hacia adentro, entre las partes y hacia afuera. Se ha evaluado que la mala información sobre este “poroto milagroso” y su relevante presencia en la expansión agrícola argentina, no ha tenido respuesta amplia desde el lado del sector sojero, más concentrado en la tarea de su propio crecimiento.
La soja ha abierto una inmensa área agrícola debido a su alta competitividad relativa y la debemos pensar como la base y oportunidad para el crecimiento del conjunto del sector agrícola. .Los logros de los últimos tiempos se han producido por la conjunción de una mejor genética, con siembra directa, productores-empresarios inteligentes y comprometidos y un sector industrial y comercial activo que no cesa de invertir. En definitiva, la mayor agroindustria argentina es producto de acciones y decisiones complejas que se tradujeron en hechos simples: crecimiento y mayor producción .
Esta nueva etapa en el crecimiento de la soja será más activa y participativa, y los actores establecerán estrategias para sinergizar su acción. El resultado será aún mejor. Sí, más soja. De aumentar la riqueza se trata.
Por Rodolfo Rossi
Presidente de Acsoja
Especial para Infocampo